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Es importante que contemos con nuevas vías para que las víctimas de violencia, acoso o abuso sexual puedan presentar sus denuncias porque las tradicionales no han detenido el fenómeno. El altísimo nivel de impunidad que hay en México, permite a la mayoría de los delincuentes actuar sin preocupaciones y acumular víctimas sin recibir sanciones. Quienes acuden ante las autoridades resultan muchas de las veces revictimizadas o, simplemente, pierden su tiempo.
Sin embargo, me parece que las plataformas digitales que respaldan las acusaciones de abuso y acoso tienen que mejorar sus protocolos para evitar la existencia de denuncias falsas. El anonimato está en el centro de la discusión. En algunos casos no se difunde la identidad de la víctima para protegerla de nuevas agresiones, pero el medio o la organización que hace la difusión debe tener perfectamente identificada a la persona que lanza una acusación. Si no se hace así y el anonimato es total, existe el riesgo de que se presenten señalamientos sin sustento con el único afán de desprestigiar.
Gracias a #MeToo y otros movimientos similares, han sido expuestos muchos atropellos sexuales que estaban impunes. Además de las sanciones en contra de los responsables, se ha logrado crear un instrumento que evita futuros ataques. Seguramente hoy un potencial agresor la piensa dos veces antes de actuar, porque sabe que podría no contar con la habitual secrecía como aliada. Por eso hay que cuidar tanto los espacios creados para que las víctimas alcen la voz.
Existen casos de linchamiento público con efectos terribles en contra de personas que luego resultan inocentes, y es que en la red no se respeta la presunción de inocencia ni el debido proceso. Evitar un mal uso de estos instrumentos es crucial para que el movimiento conserve su fuerza y logre el efecto buscado: frenar las agresiones contra las mujeres.
Huerfanito.— El mismo gobierno que exige disculpas por los agravios de hace 500 años, mantiene una actitud de “amor y paz” ante los atropellos del presente. Interesante contraste.