Llegamos al último día de la jornada tres de la fase de grupos sin mayores sorpresas, con cosas que ya no nos sorprenden: Messi sigue batiendo récords (100 goles en 122 partidos en Europa), Mourinho nos hizo dormir en Lisboa y Chelsea que ha conseguido un punto de los últimos nueve, está en serios problemas.

Barcelona ganó cómodamente en el Camp Nou ante el Olympiacos y ya casi tiene asegurado terminar primero en el Grupo D. La salida de Piqué, quien fue expulsado por primera vez en Champions, tuvo un efecto inesperado: Paulinho se adueñó del medio junto a Iniesta, y logró su mejor desempeño con la camiseta blaugrana.

Para los que se burlaban de él porque venía del futbol chino, el partido de ayer tuvo un signo de revancha. Mientras tanto, Benfica recibió al Manchester United. Hace 17 años, José Mourinho había empezado justo allí su larga carrera como técnico, con sólo 37 años de edad. Después de trabajar con Bobby Robson en el Barcelona, éste se lo quiso llevar como ayudante al Newscastle, pero Mou tenía sueños y quería volar solo. En Benfica le dieron una oportunidad en el verano de 2000, aunque el experimento durara unos pocos meses.

El tono general fue bastante letárgico y muy chato. En algo muy típico del mandamás portugués, lo único que importaba era sacar un resultado y lo logró. Para analizar hay poco y nada. Raúl Jiménez cumplió e hizo lo que pudo (logró hacer un solo tiro bajo los tres palos custodiados por David de Gea). Se movió constantemente y buscó, pero tuvo poco efecto para un delantero. Vale la pena mencionar el debut del joven belga de 18 años, Mile Svilar (el arquero más joven en jugar un partido de UCL en la historia). A pesar del error que cometió en el gol del United, tuvo un sólido partido y seguramente escucharemos bastante de él. Fue emocionante al final cuando literalmente los 21 jugadores fueron a saludarlo y darle palmadas de aliento. Un gran gesto deportivo de todos.

En Londres, el equipo de Antonio Conte recibía a la Roma. Chelsea no llegaba bien (han concedido 5 goles en cuatro días), más con los rumores sobre algunas desavenencias entre el italiano y algunos jugadores y con la posibilidad cada vez más latente de que se iría este verano. Dos golazos del 9 de la Roma, Edin Dzeko, desnudaron varios problemas, que sólo pudo salvar Eden Hazard al final para poner el 3-3.

Pero el momento clave del desconcierto general fue antes del minuto 15 del segundo tiempo: Conte hace un cambio: saca a David Luiz del medio y pone a Pedro adelante para cerrar el partido (Chelsea ganaba 2-1). Pero fracasó de manera monumental: 13 minutos más tarde Chelsea estaba perdiendo 2-3. La cara de los jugadores del equipo londinense era de una incredulidad total. Chelsea va a pasar a los octavos de la Champions, pero se puede ver que las cosas no marchan bien.

futbo@eluniversal.com.mx

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses