Fuera del gran espectáculo televisivo, del despliegue tipo Broadway en cada presentación, y sin hablar de la suerte que tenemos de poder disfrutar a Messi y a Ronaldo, estamos en una era de la Champions League, en la que siempre llegan los mismos. Hay buenos partidos, pero la sorpresa se acaba pronto: antes decíamos que la competencia empezaba en octavos, pero ahora quizá lo haga en las semifinales.

La semana que viene se juegan los partidos de vuelta de cuartos de final, pero ya casi no habrá drama ni emociones: Real Madrid, Bayern y Barcelona están con un pie y medio en la final. Lo único que nos queda es esperar una reacción del Manchester City de Pep Guardiola en su casa.

Parece increíble decirlo, pero el Bayern de Jupp Heynckes (72 años, quien se retira al final de la temporada), se perfila como el gran candidato. Con un equipo que hoy por hoy todavía no tiene claro quien será su técnico a partir de la próxima temporada (en realidad no saben a quien buscar), este Bayern sabe muy bien lo que hace en la cancha. De la mano de un desatado James Rodríguez (el que hace la gran diferencia), y con el gran manejo de grupo que ha instaurado Heynckes. Se le ve a todos convencidos en su rol, y si a eso se suma el polaco Robert Lewandowski, son de temer. Pueden amargar la noche a cualquiera.

Los merengues han crecido en esta competencia, yendo de menos a más (no nos olvidamos del baile que sufrieron a manos de Tottenham en Wembley en noviembre del año pasado). Zinedine Zidane se ha vuelto Míster Pragmático: se apoya 100 por ciento en el grupo de jugadores que conoce y confía.

Al mismo tiempo crece como entrenador y finalmente se dió cuenta de lo que le da Isco (en especial después de brillar ante Argentina), y lo pone. Y le respondió con creces: el martes Isco dio todos sus pases correctamente y nunca perdió la pelota. Fue una maravilla verlo flotar por el mediocampo. Y con un Ronaldo que finalmente entendió cual es su mejor papel en la cancha: de clásico 9. Cuanto menos toca la pelota y menos participa del juego, es más letal.

Lo del Barcelona en el Camp Nou fue muy flojo, a pesar de una victoria en los papeles bastante cómoda ante la Roma por 4-1. Valverde se aferra a Ter Stegen y a la solidez defensiva: de ahí para adelante que nos salve la inspiración de Lionel Messi. Y el argentino lo hace, partido tras partido. Aunque la gran duda es si con Messi sólo puede alcanzar ante un Real Madrid o Bayern.

La gran sorpresa esta jornada la puso el Liverpool de Jürgen Kloop: ayer en Anfield, prácticamente barrieron al ManCity por 3-0, en lo que fue la actuación más deslucida de toda la temporada para los de Guardiola.

Para un equipo que ha dominado a gusto la Premier League (y que se pueden coronar campeones este sábado ante el Manchester United), no tener un sólo tiro al arco habla de un rotundo fracaso. Aunque el partido de regreso en el Etihad, el próximo martes, puede ser dramático y darnos una sorpresa, siempre y cuando, el Kun Agüero se recupere de la lesión que lo dejó fuera del partido de ida.

futbol@eluniversal.com.mx

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