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Después de, literalmente, pasar por arriba al Barcelona en la SuperCopa en agosto, todos pensamos que esta temporada iba a ser una maravilla para el equipo merengue. Pero cuando comenzó esta campaña de La Liga pasó lo diametralmente opuesto. Empezaron a perder partidos que no debían, se quedaron fuera de la Copa del Rey (la única competencia que realmente podían ganar), y solo se quedaron con la posibilidad de competir por algo en la Champions.
Pero con cada partido que pasa, los blancos se ven cada vez peor. Y el prospecto de enfrentarse al trío Neymar-Cavani- Mbappé empieza a dar escalofríos a los fanáticos. Sin Dani Carvajal, quien está suspendido, la pareja central de Varane-Ramos que es un verdadero flan, y con el brasileño Marcelo, quien hoy por hoy no puede correr ni marcar a nadie, enfrentar al PSG el miércoles que viene no será un paseo por el parque. Para colmo, Ángel Di María llega con 11 goles y 7 asistencias, una gran opción desde el banco para Unai Emery, aunque en la edición de hoy de L’Equipe anuncian en la portada que el jugador quiere estar sí o sí en el 11 titular en el Bernabéu. El Fideo tiene una cuenta pendiente con el club que lo dejó ir.
A todo este panorama se unen los problemas que genera Cristiano Ronaldo. El sábado pasado salió reemplazado y no tuvo caras de buenos amigos ni en la banca ni con Zidane. En el mismo vestuario el otro líder del equipo, Sergio Ramos le reclamó por su actitud. CR7 piensa que él es el mejor del mundo, y que todo lo que logró el Madrid ha sido por él.
Y está molesto porque quiere ganar lo que gana Messi en el Barça. Pero hoy por hoy no hay equipo que le pueda pagar 50 millones de euros “en la mano” al año (su sueldo actual es de 21 millones de euros al año). Cristiano ya tiene 33 años, y prácticamente no existe equipo que pueda pagar esos salarios a un delantero de esa edad. Para poner estos números en perspectiva: si el Real Madrid le paga 50 millones a Ronaldo, el costo real para el club es de casi 100 millones (la institución paga los impuestos al fisco). Con números así ni el Real Madrid puede desafiar las reglas del Financial Fair Play.
Ronaldo va a terminar su vida futbolística en la capital española. No hay de otra. Aunque no debería sorprendernos si lo vemos algu-
na vez en Miami o Los Ángeles.
futbol@eluniversal.com.mx
Pero con cada partido que pasa, los blancos se ven cada vez peor. Y el prospecto de enfrentarse al trío Neymar-Cavani- Mbappé empieza a dar escalofríos a los fanáticos. Sin Dani Carvajal, quien está suspendido, la pareja central de Varane-Ramos que es un verdadero flan, y con el brasileño Marcelo, quien hoy por hoy no puede correr ni marcar a nadie, enfrentar al PSG el miércoles que viene no será un paseo por el parque. Para colmo, Ángel Di María llega con 11 goles y 7 asistencias, una gran opción desde el banco para Unai Emery, aunque en la edición de hoy de L’Equipe anuncian en la portada que el jugador quiere estar sí o sí en el 11 titular en el Bernabéu. El Fideo tiene una cuenta pendiente con el club que lo dejó ir.
A todo este panorama se unen los problemas que genera Cristiano Ronaldo. El sábado pasado salió reemplazado y no tuvo caras de buenos amigos ni en la banca ni con Zidane. En el mismo vestuario el otro líder del equipo, Sergio Ramos le reclamó por su actitud. CR7 piensa que él es el mejor del mundo, y que todo lo que logró el Madrid ha sido por él.
Y está molesto porque quiere ganar lo que gana Messi en el Barça. Pero hoy por hoy no hay equipo que le pueda pagar 50 millones de euros “en la mano” al año (su sueldo actual es de 21 millones de euros al año). Cristiano ya tiene 33 años, y prácticamente no existe equipo que pueda pagar esos salarios a un delantero de esa edad. Para poner estos números en perspectiva: si el Real Madrid le paga 50 millones a Ronaldo, el costo real para el club es de casi 100 millones (la institución paga los impuestos al fisco). Con números así ni el Real Madrid puede desafiar las reglas del Financial Fair Play.
Ronaldo va a terminar su vida futbolística en la capital española. No hay de otra. Aunque no debería sorprendernos si lo vemos algu-
na vez en Miami o Los Ángeles.
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