Momento de la verdad en este Mundial que nos ha dado tantas sorpresas, y que se perfila como el más apasionante de los últimos 30 años.
Con el futbol a nivel de clubes en Europa tan dominado por el billete y la misma élite de siempre, Rusia 2018 nos ha regalado más vueltas de tuercas y giros argumentales que una película de Guillermo del Toro (todavía no me puedo sacar de la cabeza esa obra de arte que fue Cronos).
Habrá tiempo para hablar sobre Argentina, España, el Tri y Alemania, pero hoy la atención se enfoca en Francia (te matan en el contraataque), Brasil (con una plétora de opciones asesinas del medio para adelante), Bélgica (los que mejor pueden potencialmente jugar al futbol), Inglaterra (con jugadores jóvenes que se la creen en serio), y Croacia (que a pesar de los problemas internos de los últimos años se muestra, como grupo, más unida).
Francia,
a pesar de tener un DT que todavía hoy es cuestionado, tiene más claro que nunca lo que tiene que hacer. Deschamps se la jugó con los más jóvenes, y éstos le han pagado con creces. Jugaron su mejor partido ante Argentina y el plan que tenían preparado lo ejecutaron a la perfección. Aunque el arquero Hugo Lloris es el que genera más dudas (por algo algunos lo llaman “el mejor peor arquero que existe”), en el medio te asfixian, y cuando tienes a ese talentoso triunvirato de Pogba-Griezmann-Mbappé te puedes dar varios lujos. Francia tiene todo para vencer a Uruguay.
La joven selección inglesa con la base del Tottenham, el equipo del argentino Mauricio Pochettino , ha demostrado que tiene más aspiraciones y hambre que las selecciones del pasado. Estos parecen más fuertes mentalmente que cualquier otro equipo desde el ‘90, y el deseo, ganas y espíritu de lucha que tienen es una arma potente. Le deberían ganar a Suecia.
De la mano de Luka Modric, Mario Mandžzukić e Ivan Rakitić, Croacia es otro que llegó a estas instancias causando varias sorpresas. Con unos últimos años literalmente plagados de problemas internos (y algunos supuestos casos de corrupción) y un desmanejo a nivel de la federación, varios pesos pesados se han vestido de líderes y tiran todos para adelante. Aunque la localía pesa y mucho, los croatas deberían vencer a Rusia.
Al último dejamos el mejor partido de todos: Bélgica y Brasil. Brasil tiene absolutamente todo para llegar a la final y coronarse de vuelta después de un nefasto Mundial hace cuatro años, pero antes deberán sortear el escollo de la mejor generación belga de la historia. Con varias opciones de gol en la cancha y en la banca, los Diablos Rojos son un equipo a temer.
Ante Japón, Kevin De Bruyne mostró una genialidad maradoniana para moverse, correr con la pelota y decidir qué hacer, que nos mostró porque son unos de los candidatos. Ojalá no se caigan como en el pasado.