Me parece el torneo más desangelado de FIFA . Así califico al Mundial de Clubes , en el lugar más exótico del planeta.
Los Emiratos Árabes impresionan, enamoran, exóticos desde su llegada al aeropuerto en Dubai.
Me recogió un Lexus último modelo. Los taxis son elegantes y extremadamente limpios. La multa por masticar chicle o comer dentro de las unidades va más allá de mil pesos. Sus tarifas no son caras, gracias al bajo precio de la gasolina: el litro ronda los 9 pesos; incluso, el combustible es más barato que el agua.
Dicho por Diego Alonso , para los Tuzos, el tercer lugar fue agridulce. Para mí, fue una experiencia más que enriquecedora. El país árabe te permite pasar de un desierto interminable entre Al Ain y Abu Dabi, al centro comercial más grande del mundo: el Dubai Mall, o ir al segundo más grande, el Emirates, que posee Ski Dubai, un lugar capaz de estar a tres grados bajo cero, en donde se puede esquiar y jugar con la nieve.
Me tocó equivocarme, como lo hizo Pachuca en una jugada contra el Gremio y perder la semifinal. Lo hice al meterme en un vagón del metro, exclusivo para mujeres. Ese mismo metro, único en el mundo, que cuenta con lugares de primera clase.
Los árabes son amables con el turista, manejan de tres a cuatro idiomas, pero poco saben de geografía. Me molestó que al decir que somos mexicanos, los lugareños desconocían la ubicación; incluso preguntaban si éramos país, o si pertenecíamos a Estados Unidos.