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Esta semana fue posible advertir el sensible deterioro que observan las relaciones del presidente Donald Trump con algunos de los grandes jugadores en la industria de Internet, como Google, Facebook y Twitter.
El 27 de agosto, Lou Dobbs, presentador de Fox Business, entrevistó a Lynette Hardaway y Rochele Richardson, conocidas como “Diamante” y “Seda” que en redes sociales pretenden pasar por influenciadoras.
Las referidas hermanas eran simpatizantes del Partido Demócrata. La campaña de Trump en pos de la presidencia fue el marco perfecto para su conversión, afirmándose como guerreras de Trump.
Ellas alcanzaron alguna notoriedad y registraron su marca "Diamond and Silk". En su sitio venden algunos productos y son promocionadas sus presentaciones en público. Las “guerreras de Trump” han reclamando que sus videos son suprimidos en la red.
A la referida entrevista se atribuye que el martes 28, el presidente Trump decidiera acusar a Google, Twitter y Facebook de imparcialidad en sus contenidos (no es broma). Los resultados de búsquedas en Google sobre "Trump News" , afirmó en Twitter , solo muestran noticias falsas. Casi todas las historias y noticias son malas. Google suprime las voces conservadoras. Y solo le faltó decir “ya sé que no aplauden”.
El temperamental mandatario además deslizó una delicada amenaza: “Google, Twitter y Facebook están navegando en aguas turbulentas y deben tener cuidado”. Y como extensión de su rabieta, Trump también señaló que su gobierno podría explorar la posibilidad de regular Google.
Larry Kudlow, asesor de Trump en materia de economía, declaró a periodistas que la Casa Blanca estaba observando a Google , y que el gobierno haría la investigación y el análisis respectivo, sin dar más detalles.
Trump no había cuestionado la dinámica informativa de los grandes medios en Internet
, solo se había centrado en la cobertura informativa de los medios convencionales. Por ejemplo, en el marco de la Conferencia de la Acción Política Conservadora (CPAC), celebrada en febrero de 2017, señaló: “son lo peor”, refiriéndose a los “medios deshonestos”. Entre los canales que “inventan información”, Trump particularmente señaló a “Clinton News Network”, entiéndase CNN.
“La mayor parte de estos grupos de comunicación tienen su propia misión y agenda, y no es la agenda del país o de los estadounidenses, es la suya propia”
Hace unos meses, Trump también arremetió contra Amazon acusándolo de dañar la economía de las pequeñas empresas , aprovechándose de un acuerdo abusivo con el Servicio Postal estadounidense.
En respuesta a las amenazas vertidas por Trump, Riva Sciuto, vocero de Google afirmó: "la búsqueda no se usa para definir una agenda política y no sesgamos nuestros resultados hacia ninguna ideología política. Cada año, generamos cientos de mejoras a nuestros algoritmos para asegurar que muestren contenidos de alta calidad a los usuarios. Trabajamos continuamente para mejorar la Búsqueda de Google y nunca clasificamos los resultados de búsqueda para manipular el sentimiento político".
También, esta semana algunos medios dieron a conocer que la Asociación de la Industria de la Informática y las Comunicaciones (CCIA), en la cual participan Facebook, Google , Amazon y Samsung, entre otras compañías, solicitó al tribunal del Circuito del Distrito de Columbia, recuperar las normas que garantizan la neutralidad de la red como servicio público.
Resulta ingenuo suponer que Trump pretenda castigar a Google por prácticas de censura a Diamond and Silk. Trump suponía que no tendría dificultar
para concretar el fin de la neutralidad de la red y al parecer se ha llevado una desagradable sorpresa.