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La simbiosis entre el cerebro humano y la inteligencia artificial (IA), anticipada por la ciencia ficción, parecía muy remota. Sin embargo, esta semana Elon Musk, formidable tecno utopista, presentó la tecnología que lo podría hacer posible.
Neuralink, firma dedicada a la exploración de la neurotecnología, que fundó Musk con ocho socios hace tres años, desarrolló los primeros equipos para sentar la base de la inteligencia superhumana.
La simbiosis cerebro humano-inteligencia artificial podrá ser factible mediante “hilos flexibles” que serían implantados en el cerebro y permitirían la transferencia de grandes cantidades de datos. Un robot
se encargará de implantar los hilos y un circuito integrado de descifrar, refinar y amplificar las señales cerebrales.
Nuestro cerebro es un complejo sistema de información. Las neuronas, señalan Facundo Manes y Mateo Niro, en el libro El cerebro del futuro, “son unidades independientes que transforman los estímulos que provienen del entorno en impulsos eléctricos conduciéndolos a través del organismo; además están los neurotransmisores que posibilitan la comunicación entre ellas. Se estiman 85 mil millones de neuronas que originan impulsos eléctricos. Cada una puede tener hasta mil conexiones, lo que resulta una cuenta de 1000 por 85 mil millones de sinapsis”.
De acuerdo con una nota publicada el martes 16 de julio en The Verge, los hilos flexibles son de cuatro y seis micrómetros de ancho, que equivalen a un tercio del diámetro de un cabello humano. El sistema empleará cuatro sensores implantados que se conectarán con un equipo externo con batería, montado detrás del oído.
El robot neuroquirúrgico es capaz de implantar seis hilos con 192 electrodos cada minuto, evitando vasos sanguíneos y “minimizando inflamaciones”. Un conjunto implantado puede tener tres mil 72 electrodos repartidos en 96 hilos.
El circuito integrado emplea una conexión inalámbrica (USB-C) para transmitir datos. Sin embargo, en un futuro no muy distante, se pretende operar a través de
conexiones inalámbricas.
Actualmente la implantación de hilos implica perforaciones en el cráneo, lo cual evidentemente resulta traumático. Sin embargo, Neuralink pretende evitar las perforaciones y recurrir a láseres.
Max Hodak, director de Neauralink, quien participó con Musk en la presentación del referido desarrollo tecnológico afirmó que la aplicación incluso podrá ser controlada con una app en el iPhone.
Las pruebas para implantar esta tecnología en cerebros humanos empezarán en el segundo trimestre de 2020.
Las aplicaciones de esta tecnología son tan amplias como complejas. Permitirán a las personas con parálisis controlar computadoras y teléfonos. Por otra parte, el
Departamento de Defensa pretende que sea posible controlar objetos ajenos al cuerpo solo con el cerebro.
Hodak dijo que será posible escribir con la mente, mover un cursor por la pantalla solo pensando, descargar un nuevo lenguaje directamente en nuestro cerebro e intercambiar pensamientos con otra persona sin hablar. Todo ello le fue inspirado por la cinta Matrix cuando fue niño.
Musk es un entusiasta promotor del transhumanismo y sostiene que los vínculos que permitirían unir nuestras mentes con las máquinas podrían ser determinantes para impedir que los humanos sean desbordados por el desarrollo de la superinteligencia artificial.
El superhombre que Federico Nietzsche anticipó podría convertirse en realidad desde la perspectiva del hombre extendido por la tecnología.