Cuando los niños son impulsados por sus padres en cualquier deporte, y lo hacen desde temprana edad, obtienen grandes resultados en disciplina y carácter. Está comprobado.
Por ejemplo, después de que el primer contacto con la natación es por seguridad —los llevan a las escuelas a que aprendan a nadar—, muchos de estos niños encuentran una disciplina que les permite desarrollarse como parte de una sociedad.
Ahí aprenden a entender que la vida misma es una competencia, y que independientemente de los resultados o la obtención de medallas, el deporte les ayudará a trabajar para ser triunfadores y para saber manejar las derrotas.
Para muchos padres, seguir con un deporte significa un gasto innecesario, una pérdida de tiempo; otros, entienden que es el mejor camino para que sus hijos se desarrollen en un ambiente sano y no lamentarse porque los fines de semana solamente piensan en salir de antro —seguro gastan más en esas actividades que en prepararse para el alto rendimiento—.
Y si tienes cualidades, el deporte te da la oportunidad de obtener un beca, ahorrar hasta 50 mil dólares al año y obtener una educación de primer nivel, incluso en el extranjero, hacer currículum.
Por eso es que la mejor inversión con sus hijos en estos tiempos de inseguridad y crimen es llevarlos por el camino y disciplina del deporte, pero no sólo hacer ejercicio, sino el de la alta competencia, que finalmente ayuda, a formar ciudadanos de bien.
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