Estamos en plena O limpiada Nacional, un evento muy importante para conocer el nivel del trabajo de los directores del deporte de los diferentes estados de la República, y me llama poderosamente la atención lo que sucede con la Ciudad de México , en donde en este sexenio se preocuparon muy poco por el desarrollo del talento deportivo joven y se enfocaron más en el deporte show.

Ahora, ese descuido vuelve a pasarles factura en la Olimpiada, en la que está momentáneamente en la quinta posición del medallero con 14 oros, 13 platas y 13 bronces (al cierre de esta edición), debajo de Jalisco —primero y que le triplica en oros—, Nuevo León, Baja California y Yucatán.

En verdad que al observar estos resultados y los de los últimos cinco años —que son muy similares—, nos damos cuenta de que nunca se tuvo un plan para sacar deportistas y darle un buen uso a las grandiosas instalaciones que hay en esta ciudad, y que en su mayoría, están en manos de quienes solamente sacan beneficio para ellos a través de concesiones.

También está claro, que por encima del combate a la obesidad infantil, a fortalecer la activación física en la población y desarrollar al talento, se ponderó la organización de espectáculos masivos. Y que quede claro, no digo que sea algo malo, ya que también resulta positivo para los ciudadanos, que puedan ver automovilismo, futbol americano, basquetbol, del más alto nivel.

Lo que faltó, en todo caso, fue el equilibrio al momento de destinar presupuestos. Ni dejar a la deriva al deporte y desarrollo de atletas, ni gastar la mayoría en estos pomposos eventos.

La Ciudad de México tiene casi 10 millones de habitantes y no es posible que otras entidades, con menor número de personas, estén por encima en cuestión de resultados. No podemos aceptar que otros estados pasen tan fácilmente a la CDMX y que no se ubique entre los tres mejores del país.

En las últimas cinco Olimpiadas Nacionales, las que corresponden a este sexenio, su rango de resultados finales ha sido entre el cuarto y el sexto lugar, sin poder superar a entidades que tienen tres veces menos población y ya ni se diga de la infraestructura deportiva.

Estos personajes deben entender que la columna del deporte mexicano debe ser la capital, pero lamentablemente está hundida por el mal uso de las instalaciones y poner mayor atención a toros eventos masivos.

Ahora con las elecciones, ojalá que quien quede al frente del gobierno de la ciudad no haga lo mismo y se preocupe por el verdadero desarrollo deportivo de un lugar que tiene todo para ser de los mejores del país. Que se preocupen por el verdadero deporte, lo demás es espectáculo, que también se necesita, pero sin olvidar lo fundamental, que es el desarrollo físico y mental de nuestros jóvenes, haciéndolos ciudadanos disciplinados que sepan competir y superar las adversidades.

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