Muy temprano para juzgar, pero de inicio, me gusta Pedro Caixinha con Cruz Azul, como igualmente me gustaron otros que pasaron por esa banca, por lo que siempre es válido decir —cuando se habla de este equipo— que lo más prudente será esperar hasta el final para hacer cuentas.
Menos controversia y más futbol ayudan bastante. Hablar en la cancha, como reza la trilladísima frase de los futbolistas, encuentra mayor sentido en esta ocasión.
Lo dije en su momento y lo mantengo: lo que menos necesitan en La Noria son aguas turbulentas, y menos cuando éstas se producen de manera innecesaria. Claro está que el portugués también tiene su carácter, pero claro también es que sus equipos tienen más futbol que los de su antecesor, y de los logros alcanzados, mejor ni hablamos.
Sin mucho futbol, pero con tres goles, tres puntos y una victoria que vigoriza, de esas que bastante requieren en la institución. Jugando como sea, pero con resultados, y eso fue precisamente lo que consiguieron el fin de semana ante Chivas, con un primer tiempo muy pobre, pero con la producción necesaria para regresar de Guadalajara con una sonrisa. Y la lectura de Caixinha, tan fría como exacta.
Hasta hoy, la cosa va, aunque dos jornadas resultan muy pobres comparadas a 20 años de amarguras, pero por algo se empieza.
De Landon Donovan ya expresé mi opinión: parece un error, un disparate, un movimiento que lleva sustento mercadológico más que deportivo, pero a esperar. Nadie duda de su profesionalismo y dedicación. Veremos si con eso le alcanza.
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