Messi y Cristiano, en el orden que prefiera, y cinco o diez escalones abajo, encontramos a Neymar.

El futbolista más caro de la historia sigue demostrando que ha sido una desproporción absoluta.

La cifra obedece a que el Paris Saint-Germain quiere ser como el Real Madrid o el Barcelona: grande, fuerte, dominante, ganador, histórico. Pero su método es erróneo y viejo: con euros no se generan dinastías, y los clubes ingleses comprueban la teoría año tras año, y sí, Manchester City podría cambiar la tendencia, pero no sólo contrató una estrella mundial para aspirar a grandes cosas, su proyecto es mucho más robusto.

La ecuación es muy sencilla: si PSG no gana la Champions este año o máximo el siguiente, la millonada pagada por Neymar será dinero tirado a la basura, esa es la obligación del club y del propio brasileño. No hay otro sistema de medición, ni siquiera la Liga francesa, la cual para semejante presupuesto deberían arrebatar con suma tranquilidad año con año. Pero nadie invierte tanto dinero para ser campeón nacional.

He visto a Cristiano hacer campeón a sus equipos, así como de la mano de Messi, el Barcelona hace cada día más grande su historia, y honestamente no veo al Real Madrid y al Barça con las mismas oportunidades de éxito sin ellos dos y hablando de ecuaciones simples, Neymar dejó al Barça, y el equipo está enfilado al triplete este año.

La cosa sigue igual, parafraseando a Pep, hay dos “putos amos”, dos magos, dos jugadores capaces de modificar la historia constantemente. Cristiano y Messi…. Después fórmelos como guste.

futbol@eluniversal.com.mx

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