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Que dos equipos renuncien a la victoria por cuidar sus intereses, no es algo anormal en el futbol, lo hemos visto muchas veces, pero cuando esto se hace premeditado y acordado, entonces sí estamos hablando de un asunto diferente.
El pacto que establecieron peruanos y colombianos fue simple y sencillamente repugnante, y no por acercarnos al lado romántico estableciendo que renunciaron a la esencia del deporte mismo que fue creado para generar ganadores a través de una competencia leal.
Todo aquel que practica un deporte, lo hace con el fin de ganar, sin importar si se trata del ámbito profesional, amateur o recreativo. Hasta hoy no conozco un solo deportistas que no juegue para ganar.
Si quedaban tres o 50 minutos, es lo de menos, estamos hablando de un arreglo, de un pacto… y no, no necesita haber dinero de por medio para tomar con toda seriedad este tipo de situaciones en las que debería intervenir FIFA directamente mediante sus estatutos, reglas o lo que sea, pero esto no debe quedar como un hecho anecdótico.
Un cierre de eliminatoria vergonzoso en muchos sentidos, en el que incluimos el arbitraje.
Hoy me sigo preguntando cómo es posible que el árbitro asistente, Gerson López, haya inventado que la pelota entró en el primer gol de Panamá ante Costa Rica; primero, porque no estuvo ni siquiera cerca de hacerlo, segundo, porque era imposible apreciar de manera detenida por la distancia a la que estaba el juez y la cantidad de jugadores que tapaban su visibilidad, por lo tanto fue producto de su imaginación, y un árbitro, ni nadie puede juzgar algo que no ve. Y me sigo preguntando cómo el central, Walter López, no haya visto semejante penalti…. Un desastre.
Estados Unidos queda fuera por su continua incapacidad, su muy flojo futbol, el tardío cese de Jürgen Klinsmann, y, claro está, la vergonzosa actuación arbitral.
Y para quienes piensan que México debió haber correspondido el favor de hace cuatro años, están equivocados, Ninguna Selección juega o trabaja para ayudar a un tercero (en el papel), mi reclamo y crítica es por la actitud que asumió el Tricolor.
México jugó un muy mal segundo tiempo: sin ideas, sin llegada y con la mitad de intensidad que uno esperaba. No, no quería favores, quería ver otro equipo mexicano.
Por lo pronto, Estados Unidos dice intentará ganar en el escritorio, lo hará con todas sus fuerzas, argumentos y el peso político que posee, pero no, no lo veo cercano, no para efectos inmediatos.