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Al directivo mexicano le sigue preocupando más el quinto partido del Mundial que el proceso que se debe seguir para alcanzar dicha meta, que siendo sinceros, parece tan poquitero el pensamiento que da pena.
Muchos de ellos hablan de no poner barreras mentales cuando se piensa en jugar los cuartos de final de la Copa del Mundo, establecen que para hacer cosas grandes se deben soñar cosas grandes, y así, palabras más palabras menos, encontraremos una buena colección de frases motivacionales e inspiradoras, pero cuando buscamos los procesos de crecimiento y las metodologías para que tengamos hechos reales y no sólo pensamientos, es cuando topamos con pared.
Se habla más de lo que se hace y se compra muchísimo más de lo que se produce, y en eso encontraremos la gran explicación del por qué seguimos sin trascender como deberíamos a nivel internacional, con el equipo nacional mayor.
Un gran ejemplo podría ser revisar la lista de goleadores hoy en día, aunque este ejercicio puede hacerse en cualquier jornada, sin importar el torneo, pero bueno, la de hoy nos indica que de los primeros 20 jugadores que la encabezan, 17 son no nacidos en México. De esos tres restantes, dos son mediocampistas: Víctor Guzmán y Juan Carlos Medina, de 34 años de edad, por cierto. El único delantero es Oribe Peralta que hoy, estemos o no de acuerdo, es suplente en la Selección Nacional.
Es un tema viejo, pero que no pierde vigencia, y en lugar de que logremos avanzar, una vez detectado el problema, vamos para atrás, porque cada vez son más los que vienen de afuera tengan o no la capacidad.
Si bien es cierto, nuestros mejores delanteros están en Europa, pero eso no debe ser la respuesta a una enfermedad que resulta crónica en nuestra Liga.
La situación es crítica, pero tristemente seguimos encontrando más explicaciones para los fracasos que planes serios y a largo plazo en los procesos de madurez de nuestros delanteros.
Qué desalentador debe ser para los jóvenes mexicanos que aspiran a ser delanteros, quizá por ello que la gran mayoría opte por buscar otra posición, porque de entrada sabe que la confianza, los ojos y el dinero de los directivos están puestos en los que vienen de afuera.
futbol@eluniversal.com.mx