A nadie le debe sorprender el estado actual de Pumas, ya que habían demasiadas señales en el camino que mucha gente no quiso ver. Este equipo ha navegado en la mediocridad desde hace tiempo y prueba de ello es su baja posición en la tabla de cocientes.
Pumas se ha alejado por completo de sus raíces, de su historia y de su filosofía. Y no sólo es por el último lugar que hoy ocupa o ser el segundo equipo más goleado del circuito, así como el segundo más pobre en cuanto productividad ofensiva; tampoco lo digo porque sólo tiene dos victorias en la temporada o el que más partidos ha perdido. Que no es poca cosa.
Hay varios elementos que confirman esto. Por ejemplo, es muy válido preguntarnos cuál fue la última gran figura que produjo la cantera universitaria, uno de verdad, uno que se haya hecho indispensable en el equipo y que haya brillado en la Selección Mexicana de futbol. ¿Cuándo?
Hace cuánto tiempo que en Pumas no se juntan más de tres extranjeros de calidad al mismo tiempo, como solía suceder hace años. Habría que recordar que si bien es cierto, Pumas recargó su crecimiento en la formación de talento mexicano, también lo hizo eligiendo jugadores extranjeros de gran calidad, cosa que está muy lejos de lo que sucede en la actualidad.
Un gran síntoma es la ausencia de íconos auriazules. Hoy no los tiene.
Ciudad Universitaria era un verdadero dolor de cabeza para cualquier visitante. Hoy, de no ser por la pasión y entrega de su gente, CU es como cualquier otro estadio.
No tiene estilo de juego, y no hablemos de cosas como garra o entrega, no, eso tiene que ver con el carácter colectivo; hablo de una manera definida de jugar al futbol.
Este equipo se planeó mal, muy mal, y hoy está pagando por todo eso.
Dice Ares de Parga que, en caso de llegar alguien más, cosechará los frutos de su trabajo... Al tiempo. Sólo él conoce la intimidad, pero a la luz de los resultados, las metodologías de trabajo, la plantilla y muchas otras cosas, tenemos toda la libertad para dudar seriamente de lo dicho ayer por el presidente del equipo. Es decir, ¿Pumas del futuro? No lo creo. Al menos, su presente y su pasado, no nos hacen pensar como él.
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