Más Información
Pifia ortográfica se cuela en transmisión del debate sobre CNDH; “Dictamen a discución” pasa desapercibido en Canal del Congreso
Delegación mexicana va a la COP29 en Azerbaiyán; promoverá “política ecológica y ambiental humanista” de Sheinbaum
Piden a Sheinbaum estrategia contra promesas de campaña de Trump; “lo va a cumplir”, advierten académicos de la UNAM
Rufino Vigil González es el multimillonario mexicano de más bajo perfil, aunque con frecuencia está en el ojo del huracán. Preside, casi desde el anonimato, al poderoso grupo Industrias CH, uno de los mayores productores de acero de México y el sur de Estados Unidos, del cual posee la mayor parte de sus acciones.
A diferencia de otros magnates mexicanos que también buscan mantener su identidad privada, pero que sí frecuentan las reuniones del Consejo Mexicano de Negocios o se aparecen de vez en cuando en los eventos sociales donde se congrega lo más granado de 1% del país, Vigil González ha decidido desaparecer del mapa empresarial: pocos saben de él, no sale en las revistas de sociales, no va a las reuniones con políticos ni con empresarios y casi no se le ve por las oficinas de su compañía.
El hombre al que la revista Forbes situó el año pasado en el lugar 11 de la lista de mexicanos con mayor riqueza, al sumar una fortuna personal de 2 mil millones de dólares, es dueño de 66.85% de las acciones de Industrias CH y es considerado el cerebro que ha llevado a la empresa a convertirse en el principal productor y proveedor mexicano de acero. De 2015 a 2016 su riqueza pasó de 926 millones de dólares a 2 mil millones gracias al aumento del precio de los títulos de su empresa.
Vigil González es miembro del Consejo de Industrias CH desde que la adquirió en 1991 y actualmente es su presidente. Sin embargo, según fuentes cercanas a la familia Vigil, quienes controlan y dirigen el holding del cual descuelgan 70 compañías subsidiarias, divide su vida entre Estados Unidos, Europa y México. Suele pasar largas temporadas en una mansión de 4 millones de dólares en el condado de Vail, Colorado, un centro turístico de clima subártico a donde los millonarios van a esquiar.
El escándalo más reciente de Industrias CH lo reveló hace unos días la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) al imponerle una multa por manipular el mercado. De acuerdo con el regulador, la empresa de la familia Vigil llevó a cabo operaciones conocidas como wash trades, una práctica mediante la cual un inversionista compra y vende un valor al mismo tiempo para crear la ilusión de una mayor demanda.
La CNBV también se exhibió: impuso una de las “mayores multas” bajo el artículo de manipulación de la ley de mercado de México, la cual ascendió a poco menos de 3 millones de pesos, un monto irrisorio. Lo grave del asunto es que las operaciones pudieron estar detrás del impresionante repunte del precio de las acciones que tuvo la compañía entre 2016 y principios de 2017, cuando se disparó de 52 a 130 pesos.
Uno de los personajes implicados es el gerente de relación con inversionistas de Industrias CH, José Luis Tinajero, un ex funcionario del gobierno de Tamaulipas, quien recibió una multa de un millón 350 mil pesos por “diversas operaciones de compraventa que constituyeron acciones de simulación en cuanto al volumen”, según publicó Reuters.
No es para nada la primera vez que Industrias CH y su subsidiaria Grupo Simec se ven envueltas en escándalos. En 2015, el Sistema de Administración Tributaria le condonó una deuda de 544 millones 978 mil pesos. A Simec Internacional se le perdonaron 395 millones 123 mil 479 pesos, mientras que para Industrias CH el monto ascendió 149 millones 854 mil pesos.
Asimismo, en 2006, los hermanos Juan y Ricardo Covarrubias Valenzuela, dueños de Motormexa, acusaron a Rufino Vigil de fraude y falsificación por 200 millones de dólares. En agosto de 2010, se dictó orden de aprehensión contra el empresario por el delito de fraude genérico, pero nunca pisó la cárcel.
Por si fuera poco, la empresa enfrenta al menos una decena de procesos judiciales, administrativos o arbitrales en Estados Unidos y Brasil, aunque, según su último informe anual, la administración de la empresa considera que “no representan contingencias relevantes que puedan afectar de una manera importante el curso del negocio”.
Las empresas de Industrias CH se dedican a la producción, transformación y comercialización de aceros especiales y comerciales para el sector automotriz, minero, energético y de construcción. La Comisión Federal de Electricidad es su principal cliente del gobierno.
Sus 16 plantas en México y las que tienen ubicadas en Estados Unidos, Canadá y Brasil cuentan con una capacidad de producción de 5.5 millones de toneladas de acero líquido al año. Sus competidores son Ternium México, Altos Hornos de México, Arcelor Mittal, De Acero y Gerdau.
Rufino Vigil (70) podría dejar pronto la presidencia del Consejo de Administración de Industrias CH, según fuentes allegadas a la empresa. Lo sustituiría su hermano Sergio Vigil, actual director general de la empresa. El asunto es que Rufino es quien posee la mayoría de las acciones de la empresa y no su familia.
Posdata
. Uno de los multimillonarios mexicanos que se asemejan a Rufino Vigil es Germán Larrea , dueño del Grupo México, quien consiguió por muchos años mantenerse con un bajísimo perfil, al grado de que las escasas fotos que había de él en internet eran dudosas, pues por años no se le había retratado públicamente. Así vivió durante décadas hasta que intentó entrar al negocio de la televisión abierta en México y su empresa causó un desastre ecológico en el río Sonora, lo que lo sacó a patadas del anonimato.
Twitter: @MarioMal Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com