Tras dos semanas de incertidumbre en las que la Liga MX, que preside Enrique Bonilla, evaluó la posibilidad de jugar el siguiente campeonato con 17 equipos de futbol o bien flexibilizar sus políticas para permitir el ascenso de un equipo sin permiso para competir en la primera división, todo parece que las cosas han tomado su cauce deportivo, económico y hasta político.
Un empresario poblano identificado con el PRI, Mario Mendívil Blanco, garantizó un pago de 120 millones de pesos a la Federación Mexicana de Futbol como fianza para que el equipo Lobos BUAP se mantenga como el club número 18 de Liga MX para la temporada 2018-2019 del futbol mexicano.
Apenas 20 días después de que la propietaria de la marca del equipo, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, a través de su rector, Alfonso Esparza, manifestara que no contaba con los recursos para pagar la multa por el descenso, Mendivil Blanco apareció en escena para asegurar la solvencia económica del equipo al menos durante los dos años siguientes en los que no habrá descenso en la Liga.
Para continuar en la primera división mexicana, la nueva cabeza y propietario de la escuadra debió garantizar el pago de la nómina de jugadores por las siguientes dos temporadas, monto calculado en unos 180 millones de pesos. Esto significa que, para tener derecho a jugar el próximo torneo de Apertura 2018, el empresario angelopolitano tuvo que desembolsar adicionalmente otros 300 millones.
Con dicho financiamiento, el también dueño del centro comercial Vía San Ángel no sólo revivió a un equipo que estaba desahuciado económicamente sino que logró dejar fuera de la liga mayor al campeón de la Liga de Ascenso: los Cafetaleros de Tapachula, una escuadra identificada con el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, quien, por cierto, esta misma semana mostró serias diferencias con el Partido Revolucionario Institucional.
El equipo chiapaneco se consagró como campeón del torneo de Ascenso a principios de este mes, cuando derrotó al equipo de los Alebrijes de Oaxaca, lo que les valió ganarse ese premio de 120 millones de pesos provenientes de los Lobos universitarios. No obstante, la escuadra tapachulteca no cumplía con los requisitos para jugar en la liga mayor y, pese al apoyo que recibió del gobierno estatal y los reclamos de este mismo a la Federación Mexicana de Fútbol, el equipo no logró subir de categoría.
¿Qué hizo reaccionar a los priistas para que, antes de que se cerrara la lista de los equipos que jugarán en la liga mayor, lograran el apoyo del inversionista poblano? Una pista, más que una coincidencia, es que el mismo día en que se anunció el financiamiento a los Lobos BUAP, el también presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores, Manuel Velasco, hizo rabiar a los priístas, pues deshizo el acuerdo que tenía con ellos para llevar un candidato común a la gubernatura del estado.
Los tres partidos que controla Velasco en el estado: el Partido Verde, Podemos Mover a Chiapas y Chiapas Unido, se retiraron de la coalición que abandera al candidato Roberto Albores, situación que dejó sin estructura electoral y con pocas posibilidades de triunfo al ex senador del PRI.
Mendivil Blanco fue uno de los empresarios que participaron en las reuniones que a finales del año pasado organizó en Puebla el Revolucionario Institucional en apoyo a su candidato presidencial, José Antonio Meade, y un equipo en primera división es para los tricolores un buen argumento para hacer frente a un gobierno estatal panista que cuenta también con vínculos con el otro equipo de primera en la entidad: el Club Puebla.
Un ejemplo de los vínculos que el gobierno de Puebla, del panista José Antonio Gali, tiene con la escuadra conocida como el equipo de la franja es que uno de sus propietarios actuales, Rafael Torre Mendoza, es socio y director general de Grupo Textil Providencia, empresa identificada como la proveedora de 20 mil tabletas educativas que el ex gobernador Rafael Moreno Valle entregó durante su sexenio.
Jugada de gol del nuevo dueño de Lobos BUAP, a pase de los priístas.
Calidad en gasolinas, el negocio que viene
En el mercado de los energéticos inició la carrera por la certificación de la calidad de las gasolinas y diésel, que es una de las puertas que se abrió en 2016 la Reforma Energética para beneficio de los consumidores y de la competitividad, por lo que los expendios de petrolíferos deben someterse a estas pruebas y aprobarlas.
A la fecha, se sabe que en la Comisión Reguladora de Energía (CRE) hay preocupación por este tema, pues no hay suficiente infraestructura de laboratorios para realizar las 20 pruebas que exige la NOM para cada una de las 11 mil 400 estaciones de servicio a nivel nacional, de las cuales 9 mil 600 comercializan gasolina y diésel, lo que en total sumarían 900 mil muestreos.
Derivado de esta necesidad de certificación, y de la urgencia de contar con más empresas especializadas en muestreos de petrolíferos, es que a través de la publicación de la Norma Oficial Mexicana NOM-016- CRE-2016 y con la luz verde de la CRE, que encabeza Guillermo García Alcocer, la iniciativa privada comenzó a incursionar en este mercado, en el cual hasta ahora lleva la delantera Laboratorios Movilab NYCE, liderado por Janet Rojas Andersen.
Este organismo, que recientemente recibió la acreditación por parte de la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA), se encuentra operando desde abril pasado, principalmente en la Ciudad de México, pero con planes a expandirse a otras ciudades principalmente del centro del país.
La estrategia en el mediano plazo es tener un laboratorio por cada región del país para hacer pruebas de control y captar entre 45 y 55% del mercado de concentración de gasolina y estaciones de servicio, aunque por lo pronto consideran trabajar en Querétaro, Puebla, Toluca, Pachuca y el Bajío, a donde una unidad de muestreo puede viajar sin correr riesgos, pues el combustible para análisis no puede ser transportado vía área.
@MarioMal
mario.maldonado.padilla@gmail.com