Tienen casi la misma edad. Estudiaron juntos en el ITAM. Son grandes amigos y aliados. Hoy, cada quien desde su trinchera, tiene relación con el escándalo del presunto fraude en tarjetas de apoyo a los damnificados de los terremotos de septiembre.
La historia de Virgilio Andrade es una muy peculiar: se hizo famoso cuando en agosto de 2015, después de seis meses de pesquisas, la Secretaría de la Función Pública, entonces a su cargo, exoneró al presidente Enrique Peña Nieto y al otrora secretario de Hacienda, Luis Videgaray, de los presuntos conflictos de interés con Grupo Higa, el contratista del gobierno detrás de dos de las residencias más famosas de México: la “Casa Blanca” y la “Casa de Malinalco”.
Casi un año después, en julio de 2016, renunció en la víspera de la promulgación del nuevo Sistema Nacional Anticorrupción. Su cargo fue ocupado por Arely Gómez, quien se mantiene como la titular de dicha dependencia.
Sin embargo, poco tardó el gobierno federal en rescatarlo. En enero de 2017, su amigo, el entonces secretario de Hacienda, José Antonio Meade, lo nombró director del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi).
La lectura del nombramiento de Andrade fue que se trató de un reconocimiento del presidente Enrique Peña Nieto y de Luis Videgaray, de quien también fue amigo y compañero de tertulias en el ITAM. Videgaray, por cierto, se llevó a la antecesora de Andrade en Bansefi (María Fernanda Casanueva), quien se integró a la Secretaría de Relaciones Exteriores como Oficial Mayor.
Escribí en su momento que el regreso de Virgilio Andrade a la arena pública era, por decir lo menos, un desatino de la administración de Enrique Peña Nieto, no sólo por el timing, pues por aquellos días de enero de 2017 el Presidente enfrentaba una crisis de popularidad y de credibilidad por el llamado gasolinazo, sino porque al rescatarlo y ponerlo en una institución con un perfil de “banca social” su accionar sería altamente escudriñado.
Y la bomba estalló hace unos días, cuando los periodistas de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad detectaron que algunos de los beneficiarios del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), implementado para apoyar a los damnificados de los sismos del 7 y 19 de septiembre, no habían recibido ni una sola tarjeta, lo cual presume un fraude millonario. Su titular, Virgilio Andrade; sin embargo, ha salido a los medios a negarlo.
Un actor importante en la investigación fue la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), la cual, tras denuncias de damnificados que no habían recibido las tarjetas con las ayudas, inició a medianos de noviembre de 2017 una investigación a Bansefi, principalmente enfocada en Oaxaca y Chiapas.
La CNBV expuso que Bansefi fondeó 4 mil 574 tarjetas de débito para mil 495 beneficiarios; es decir, tres mil 79 plásticos de más. En las tarjetas se depositaron 68.8 millones de pesos, cuando debieron haber sido entre 22.4 y 37.4 millones, según los dos tipos de apoyo que estableció la institución a cargo de Andrade: 15 mil y 25 mil pesos, de acuerdo con el tipo de afectación.
En ese entonces, la CNBV era aún encabezada por un amigo de Virgilio Andrade y de José Antonio Meade: Jaime González Aguadé. El 17 de diciembre, quien fuera titular del regulador y supervisor de las entidades integrantes del sistema financiero mexicano durante cinco años consecutivos, renunció para unirse a la campaña de su entrañable amigo Pepe Meade.
Esquinas ciegas del destino, pero la investigación que inició González Aguadé en contra de Bansefi hoy tiene bajo fuego no sólo a su titular, Virgilio Andrade, sino a su jefe, el candidato del PRI-PVEM-Nueva Alianza, José Antonio Meade, a quien le han alcanzado las pedradas no sólo por su relación con Andrade, sino porque él lo designó director general del banco.
Posdata. Donde sí están muy molestos es en Los Pinos. De por sí, el presidente Peña Nieto considera que su gabinete no logró sacarle todo el provecho posible a las acciones del gobierno frente a esta coyuntura, y ahora le sobreviene un escándalo. Otro más.Volaris, inversión y NAIM. Volaris anunció que invertirá 9 mil 300 millones de dólares en la adquisición de 80 aviones Airbus, los cuales serán entregados entre 2022 y 2026. Se trata del segundo anuncio más importante en cuanto a adquisición de flota en la historia de la aviación mexicana, según presumió su director general, Enrique Beltranena.
La noticia puso eufóricos a los inversionistas, quienes llevaron la acción de Volaris a 16.42 pesos al cierre de la jornada de ayer, un aumento de 5.87%.
En el evento, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, aprovechó para reafirmar que la infraestructura aeroportuaria (léase el Nuevo Aeropuerto Internacional de México) es necesaria para la expansión de las aerolíneas nacionales y la apertura de nuevas rutas.
La flota de las aerolíneas, dijo, es de 344 aviones, la más grande de la historia de la aeronáutica mexicana.
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