El 30 de abril, Germán Martínez Cázares pidió a su director de Administración, Flavio Cienfuegos, enviar un oficio al Consejo Técnico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) con carácter de urgente.
En el memorando se solicitó un informe detallado de las acciones tomadas desde el 1 de diciembre, fecha de inicio del nuevo gobierno, en procesos de adquisición de medicamentos, licitaciones y adjudicaciones directas, así como las altas y bajas del personal, los recortes a los salarios y prestaciones, además de los contratos de los titulares de las delegaciones estatales y regionales del Instituto.
Dicho informe debía presentarse el 9 de mayo para la sesión extraordinaria del órgano administrativo. En el oficio estaba copiado, en primer lugar, el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, seguido del secretario de Salud, Jorge Alcocer, y la titular de la Secretaría del Trabajo, Luisa María Alcalde.
Martínez Cázares estaba furioso porque días antes había recibido, de Hacienda, un programa de rediseño de la estructura organizacional del IMSS que dejaba al Instituto en condiciones ‘inoperables’, a decir del expanista.
El informe solicitado nunca llegó y así comenzó a fraguarse la primera renuncia importante en el gabinete de Andrés Manuel López Obrador.
La gota que derramó el vaso y llevó a Martínez Cázares a redactar su carta de renuncia en los términos en los que lo hizo, fue que buscó varias veces una reunión con el titular de Hacienda, Carlos Urzúa, o con el subsecretario Arturo Herrera, y nunca lo recibieron. De la oficial mayor que concentra todas las compras de gobierno, Raquel Buenrostro, ni hablar: no recibe mensajes, sus asistentes la niegan y se rehúsa a dar la cara aun en casos de crisis, como el del IMSS.
Antes de mediados de abril, cuando llegó al escritorio de Germán Martínez el programa de rediseño de la estructura organizacional del IMSS, que le envió Carlos Urzúa, ya se había despedido a 500 trabajadores de áreas clave.
El extitular del IMSS protestó y ordenó frenar los recortes. Hacienda, de nueva cuenta, lo ignoró. Estos desaires llevaron a Martínez Cázares a ensañarse con la dependencia de Carlos Urzúa que vive su propia crisis: ha recortado cerca de mil 500 puestos de trabajo, casi 30% de toda la estructura organizacional, sin contar al Servicio de Administración Tributaria. “Por eso no se dan abasto”, dice una fuente del gobierno. “No tienen ni secretari@s”.
Y fue así que Germán Martínez encontró en Hacienda a sus villanos favoritos de la 4T. “Quiero decirlo lo más claro que puedo y debo: algunos funcionarios de la Secretaría de Hacienda tienen una injerencia perniciosa en el IMSS y ponen en riesgo la vocación igualitaria, de justicia y, concretamente, de prestación de servicios de salud que tiene el Seguro Social”.
“El Presidente del Gobierno de México proclamó el fin del neoliberalismo, pero en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el ‘cargo’ que el ‘encargo’”.
Germán Martínez tiene razón en que la austeridad gubernamental es un rasgo característico de la tecnocracia neoliberal que tanto detestan en la Cuarta Transformación. Recuerda, por ejemplo, al exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray, y sus presupuestos base cero, o sus recortes multimillonarios al gasto público.
¿A quién se quieren parecer en el gobierno de la Cuarta Transformación? ¿A quién ven cuando se miran al espejo Carlos Urzúa y Arturo Herrera? ¿A Meade y Videgaray? Es pregunta.
La apuesta por la seguridad. Ante los desafíos de seguridad a los que se han enfrentado los gobiernos, las empresas deben redoblar esfuerzos para garantizar la tranquilidad de las familias. Ahora todos buscan hogares donde puedan sentirse libres y que sus hijos jueguen en contacto con la naturaleza. Justo esto lo entendió Marcos Salame , presidente del Consejo de Administración de Grupo BosqueReal.
Este desarrollo no sólo consolidó al municipio de Huixquilucan, al mando de Enrique Vargas, en el Estado de México, como un polo de desarrollo, sino que es un modelo a seguir en América Latina por tener su propio C4 con 240 cámaras de vigilancia y 500 personas que resguardan la libertad de la comunidad. Así, Salame asegura que es momento de confiar en México, por lo que este jueves 23 de mayo, el empresario dará un mensaje frente a políticos e iniciativa privada que generará certidumbre en las inversiones del país y sobre la expansión de BosqueReal.
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