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En junio del año pasado, el economista turco Dani Rodrik fue invitado al Palacio Legislativo de San Lázaro para ofrecer una conferencia magistral. En vísperas del inicio de las negociaciones para modernizar el TLCAN, el catedrático de la Universidad de Harvard le soltó a los legisladores una máxima que, un año después, apunta a convertirse realidad: “La nueva estrategia de desarrollo económico de México se debe fincar fundamentalmente en el crecimiento industrial al interior del país y menos en la globalización y el comercio internacional”.
A Rodrik lo escuchaba atento Gerardo Esquivel, entonces coordinador ejecutivo de Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República y hoy integrante del equipo de Andrés Manuel López Obrador. El futuro subsecretario de Egresos de Hacienda considera a Rodrik un “economista excelente” y comulga con muchos de sus postulados.
Rodrik no es ajeno a México ni a sus problemáticas. Al contrario, el reconocido economista –considerado uno de los 100 más influyentes del mundo– es un viejo amigo de Santiago Levy, el ex subsecretario de Egresos de Hacienda y creador del programa social Progresa-Oportunidades (hoy Prospera) que actualmente despacha en Washington, desde la vicepresidencia del Banco Interamericano de Desarrollo.
Levy fue la primera opción de Andrés Manuel López Obrador para ocupar la Secretaría de Hacienda durante su gobierno y aunque rechazó el ofrecimiento está muy cerca del nuevo gobierno. En su lugar, Carlos Urzúa, ex secretario de Finanzas capitalino, será el encargado de llevar las riendas de las finanzas públicas del país, junto con Gerardo Esquivel y Arturo Herrera.
No obstante, la doctrina económica de Rodrik, la cual comparte Levy, será la que guiará el rumbo de la llamada Cuarta Transformación.
¿Quieres saber qué es lo que Andrés Manuel y su equipo planean hacer con el modelo económico de México?, me dijo hace unos días uno de los integrantes del futuro gabinete. Mucho de ello está en los postulados de Dani Rodrik, particularmente en su libro The Globalization Paradox: Democracy and the Future of World Economy (La paradoja de la globalización: La democracia y el futuro de la economía mundial).
Me di a la tarea de leer el libro de Rodrik, de cuyos postulados habló en aquella conferencia magistral de mediados del año pasado en la Cámara de Diputados, y encontré varias coincidencias no sólo con el proyecto económico de AMLO sino con su narrativa, por ejemplo, respecto de los mercados financieros y la ‘democracia participativa’.
“Imagínense al Estado Mexicano, un estado democrático, supeditado a mercados financieros. ¿Quién manda? ¿No es el pueblo? ¿No son los ciudadanos? ¿No es eso la democracia? Ese es el cambio”, dijo López Obrador el 29 de octubre pasado, tras la furiosa reacción de los inversionistas a la cancelación del proyecto del aeropuerto de Texcoco vía una consulta pública similar a la que se realizó este fin de semana.
“Se acabó el predominio de una minoría y la vinculación con poder económico y poder político”, agregó el tabasqueño.
En su libro, Rodrik presenta una idea similar en cuanto a la relación de los mercados y el gobierno. “Los mercados globales sufren una gobernanza débil y, por lo tanto, son propensos a la inestabilidad, la ineficiencia y a una débil legitimidad popular”, expone el economista turco y da dos alternativas.
“Primero, los mercados y los gobiernos son complementos, no sustitutos. Si se busca tener más y mejores mercados, se debe tener más y mejor gobierno. Los mercados funcionan mejor no donde los estados son más débiles, sino donde son fuertes. Segundo, el capitalismo no viene con un modelo único. La prosperidad económica y la estabilidad se pueden lograr a través de diferentes combinaciones de acuerdos institucionales en los mercados laborales, financiero, gobierno corporativo, bienestar social y otras áreas”.
La última parte suena familiar si nos remitimos a los intentos de regular sectores como la banca, la minería, los sindicatos y a la inclusión de la iniciativa privada en programas sociales como el de los aprendices (“Jóvenes Construyendo el Futuro”).
En el entendido de que los mercados requieren instituciones de gobierno y reguladores para funcionar bien, Rodrik plantea un trilema político de la economía mundial: “No podemos perseguir simultáneamente la democracia, la autodeterminación nacional y la globalización económica. Si queremos impulsar aún más la globalización, tenemos que renunciar a la autodeterminación del Estado o a la política democrática. Si queremos mantener y profundizar la democracia, tenemos que elegir entre el Estado nación y la integración económica internacional. Y si queremos mantener el Estado nación y la autodeterminación, tenemos que elegir entre profundizar la democracia y profundizar la globalización”.
“Así que tenemos que tomar algunas decisiones”, dice Rodrik. Y al parecer AMLO y su equipo económico ya tomaron la suya: profundizar la democracia (de ahí el poder de las consultas públicas) y la autodeterminación del Estado (que tomará un rol preponderante en las decisiones de crecimiento y desarrollo interno); por lo tanto es probable que se le reste importancia a la integración económica internacional y a lo que dicten los mercados financieros.
“Permítanme ser claro: la democracia y la autodeterminación nacional deberían triunfar sobre la hiperglobalización. Las democracias tienen el derecho de proteger sus acuerdos sociales, y cuando este derecho choca con los requisitos de la economía global, es esto último en lo que se debe ceder. Se podría pensar que este principio sería el fin de la globalización. No es así. Espero convencerlos de que fortalecer las democracias nacionales en realidad colocará a la economía mundial en una base más segura y saludable. Y ahí radica la última paradoja de la globalización”, concluye Rodrik.
Posdata. Dani Rodrik es un férreo crítico de la llamada tecnocracia neoliberal que AMLO ha decidido desterrar del país. De eso hablaremos en otro texto.
En la fotografía: Gerardo Esquivel, Andrés Manuel López Obrador y Carlos Urzúa. (CORTESÍA)
Twitter: @MarioMal.
Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com