Las cosas en Pemex se están poniendo feas. Las presiones a sus finanzas por el creciente subsidio a la gasolina y la puesta en marcha de proyectos controvertidos para mejorar la calidad de los combustibles y las refinerías han enfrentado a sus directivos a tal grado que el director general de la petrolera, Carlos Treviño, ha tenido que pedir la renuncia de algunos de ellos.
El ejemplo más reciente es el de la subdirectora Corporativa de Finanzas, Alma Rosa Moreno Razo, a quien Treviño le pidió su renuncia el 3 de mayo pasado, pese a haber estado de viaje en Houston, Texas.
La razón de su salida se debió, según fuentes de la petrolera, a que se opuso a dar su voto favorable a un proyecto denominado CCR para las refinerías de Pemex Transformación Industrial, actualmente a cargo de Carlos Murrieta, el cual próximamente será presentado para su autorización al consejo de administración de la petrolera.
El proyecto finalmente fue aprobado por mayoría de votos por el comité de inversiones, tres a favor y dos en contra por parte de los encargados de las Finanzas de Pemex. El único funcionario de esa área que votó a favor fue Enrique Cházaro, actual subdirector de Presupuesto, quien empezó a ocupar dicho cargo durante la gestión del ex director José Antonio González Anaya.
El proyecto más ambicioso de Pemex Transformación Industrial para 2018 es el mejoramiento de la calidad de los combustibles en la refinería de Cadereyta. Según el Presupuesto de Egresos de la Federación 2018, se etiquetaron más de 7 mil millones de pesos para la construcción de una nueva planta de hidrotratamiento y la configuración de tres unidades productoras de diésel.
Asimismo, se aprobaron recursos por 2 mil 198 millones de pesos este año al mejoramiento de la calidad de las gasolinas Premium y Magna.
Estos proyectos han generado diferencias entre los directivos de Pemex, primero porque el de la refinería de Cadereyta buscaría ser adjudicado directamente a una de las empresas “favoritas” de los altos funcionarios de la petrolera y segundo porque existe la sospecha de que parte del presupuesto dedicado a estos proyectos podría ir a dar a las campañas de los candidatos del PRI.
Otros proyectos que concentran buena parte del presupuesto de Pemex en 2018 son los de la modernización de refinerías. Más de 14 mil millones de pesos se tienen planeados invertir en el mantenimiento y optimización de las refinerías Francisco I. Madero, Cadereyta, Tula, Salina Cruz, Minatitlán y Salamanca.
El proyecto principal es el mantenimiento de la refinería de Tula, que tiene asignados recursos por 5 mil 554 millones de pesos para el presente año.
Dichos trabajos van en línea con lo prometido por el candidato presidencial de la coalición encabezada por Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien planea modernizar las refinerías existentes en el país y construir dos más. El objetivo del político tabasqueño es reducir al mínimo la importación de gasolinas que actualmente está en su nivel más alto: 7.5 de cada 10 litros se compran
del exterior, principalmente de Estados Unidos.
Este es otro tema que divide opiniones al interior de Pemex, pues si bien la inversión en mantenimiento y modernización de las refinerías viene desde la administración pasada, poco ha servido pues el país cada vez depende más de la importación de combustibles.
Alma Rosa Moreno Razo, la directiva que salió hace unos días de Pemex —aunque en su oficina de la petrolera dicen que “está de vacaciones”— es una de las funcionarias mexicanas con mejores contactos en el sector público y una de las más aguerridas. Cuando fue directora del Servicio de Administración Tributaria (SAT) se ganó el mote de “dama de hierro” por su dureza y capacidad
de negociación.
Licenciada en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y doctora por la Universidad de Nueva York, trabajó por cerca de 20 años en la Secretaría de Hacienda como asesora del secretario y enlace con el Congreso de la Unión. Fue mano derecha de los ex secretarios de Hacienda Francisco Gil Díaz y Guillermo Ortiz. También fue embajadora de México en el Reino Unido.
Llegó a Pemex en 2009, primero como asesora del director general y luego como subdirectora Económico-Financiera de la dirección Corporativa de Finanzas.
Algo muy malo debió haber visto para aceptar presentar su renuncia a la empresa productiva del Estado.
***Foto: Carlos Treviño.
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Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com