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“La revolución no es una manzana que cae cuando está podrida, la tienes que hacer caer”, frase que inmortalizó el Ché Guevara y que viene a colación por la revuelta que pretende hacer Amaury Vergara en Chivas ... una revolución que parece más un sueño guajiro.
Ayer, hasta antes de escribir esta columna, se hablaba de un acuerdo con Tigres para quedarse con Jürgen Damm ; todos lo dieron por un hecho, lo presumieron con bombo y platillo, el que alguna vez se le nombró como el segundo jugador más rápido del planeta, después de Gareth Bale , será el refuerzo bomba del chiverío.
Bueno, para iniciar una revolución, las cosas no son como pensamos (o por lo menos no como yo lo pensé). Cuando hablaron de un cambio radical pensé en la salida de José Luis Higuera , en tener una directiva seria, una cartera abundante para traer a los mexicanos más importantes, que sean base de la selección, que sean un referente en Europa . Pero no, todo apunta a que será Damm , además del regreso de Oswaldo Alanís , y las caras nuevas de Antonio Briseño, Daniel Fideo Álvarez y Ponchito González.
¡ Vaya bombas! Seguro los rivales sentirán terror del equipo que se está gestando. Veamos los números de Damm en los dos recientes torneos: 18 partidos jugados, de los cuales en 10 fue titular; mil 18 minutos y para rematar, cero goles anotados. ¿Quién es el erudito que piensa que Damm es una solución? La respuesta ya la sabemos.
Si Chivas quiere trascender, dejar de ser el hazmerreír de la Liga . Así no Amaury , así parece una burla a la afición que se ilusiona, que cree y que al final termina decepcionada por una directiva que no tiene idea de cómo manejar al equipo más popular del país, aunque otros digan lo contrario.
@luiszubietam