A sus 37 años de edad, Roger Federer, con un carisma impresionante, una carrera llena de triunfos y una sencillez que lo distingue entre las grandes leyendas del deporte de todos los tiempos, está física y mentalmente preparado para un gran desafío: jugar en las canchas de arcilla de Roland Garros, superficie muy lenta que nunca ha sido la favorita del suizo, pero que —sin embargo— es uno de los 20 títulos de Grand Slam que ya obtuvo. Lo hizo en 2009.

No es un secreto que a Federer se le dificulta mucho jugar en arcilla, por su estilo de juego, ya que cuenta con golpes —por lo regular— muy planos y rápidos, situación que le otorga a sus rivales ciertas ventajas en la tierra batida, pues los puntos suelen durar más y esto desgasta mucho a Roger, quien no puede ir tanto a la red y definir puntos como en otras superficies. Ahora, como lo ha sido en los últimos 14 años, tiene a Novak Djokovic y Rafa Nadal como sus más serios enemigos en Roland Garros.

Hablando de Rafa Nadal, indiscutible rey de la arcilla, se vio impresionante al ganar Roma en el Foro Itálico, rodeado de estatuas de mármol blanco de Carrara y a unos pasos del Coliseo, al vencer sin piedad a todos, incluido Djokovic en la final. Por supuesto, esto ha colocado nuevamente al español como favorito en Roland Garros, para seguir sumando a sus 11 títulos ya logrados en Francia.

Roger Federer, monstruo competitivo, insaciable y ganador, está bien preparado. Ha seleccionado bien los torneos, en la búsqueda de su vigésimo primer título de Grand Slam, y mientras esté en la baraja, nunca lo podremos descartar, porque —además de su impresionante juego— no se quiere retirar, porque dice que “me gusta tanto el tenis que no hay razón para dejarlo”.

La bella ciudad de París se reporta lista para recibir el segundo Grand Slam de 2019. El estadio Roland Garros (nombre de un pionero de la aviación francesa), que está enclavado en el bello Bosque de Boloña —“el bosque de los mil colores verdes”, como dijo Napoleón—, tendrá su edición 123, prometiendo emociones y repartiendo alrededor de 50 millones de dólares en premios en esta ciudad que, de acuerdo a la historia, se inventó el Jeu de Paume (hoy tenis) en los jardines del Palacio del Louvre.

Au revoir.

luis@vamosdeportes.com

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