Dubái ha sido la ciudad que confirma, una vez más, la grandeza de Roger Federer , uno de los deportistas más exitosos y más reconocidos del planeta; y Acapulco, al mismo tiempo, ha sido testigo de la magia de Nick Kyrgios , quien demostró que cuando se quiere, se puede.

Primero hablemos de Roger. Aunque todavía no supera a Jimmy Connors en títulos de ATP , lo rebasa en muchos otros rubros, por lo que es considerado entre los mejores deportistas de toda la historia.

El mundo se ha volcado en reconocimientos al suizo, quien se ha caracterizado por ser un caballero en las canchas, por manejarse ejemplarmente fuera y por sus indiscutibles triunfos alrededor del planeta. Y aún, como el mismo Roger dice, “me queda algo de gasolina en el tanque y la voy a aprovechar al máximo”.

Y ahora vamos a Acapulco, donde el australiano Nick Kyrgios, de 23 años de edad, decidió jugar un torneo que levantó pasión y polémica entre sus colegas tenistas, pero viajó decidido a demostrar que tiene magia, audacia, irreverencia y un talento fuera de serie.

La semana anterior al torneo de Acapulco, Kyrgios jugó el de Delray Beach Open y tuve la curiosidad de verlo entrenar, por lo que fui y me llamó la atención la magia que tiene al ejecutar cada uno de sus golpes, la combinación entre potencia y finura, la audacia en sus ejecuciones y —al mismo tiempo— su irreverencia, su manera de vestir en el entrenamiento (playera y short de basquetbol), y la cantidad de niñas y niños tenistas que ven en él un modelo a seguir. Parece un rockstar, aún cuando es más sencillo y gentil.

Después de su muy ligero entrenamiento de 30 minutos, se dirigió a la cancha interior de basquetbol y se puso a jugar un 21 con John Isner. Kyrgios ha mencionado muchas veces que le hubiera encantado ser jugador de la NBA y en ocasiones da la impresión de que el tenis no le gusta.

En Acapulco quedó demostrado que el talento le sobra,

que cuando desea ganar, lo logra, pues es de los muy pocos jugadores que ha vencido a Federer, Djokovic y Nadal. Es una de esas personas que parece que están desaprovechando su talento, pero —después de verlo luchar y vencer a Nadal, Wawrinka, Isner y al final a Zverev— no sólo me confirma su gran talento, sino que nos deja claro que todo el mundo es diferente y logra sus objetivos de distinta manera.

Casi todos los tenistas profesionales disfrutan de la personalidad de Kyrgios, reconocen su enorme talento y conocen su manera de ser, son sus amigos en las canchas y fuera de éstas, ya que algunos asisten a las fiestas que gusta tener el australiano. Rafa Nadal no estaba muy contento por haber sido derrotado por Kyrgios y reprobó la actitud del australiano, por haberle sacado por abajo, pero Federer comentó al respecto que “uno tiene que encontrar la forma de ganar puntos”.

Conclusión: una semana intensa tanto en Dubái como en Acapulco, y el reconocimiento a Roger Federer por su título 100 y a Nick Kyrgios por su triunfo en el AMT.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses