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Inicia el último Grand Slam de 2018 y se han dado resultados engañosos. Para algunos, se confirma que Rafa Nadal es el mejor tenista del momento por su clasificación como número 1, pero también algunos, más por favoritismo y cariño, dan a Roger Federer como el número 1.
Pero otros resultados hablan por sí solos, ya que Novak Djokovic —otra vez— se ha convertido en el enemigo a vencer, después de haber tenido un regreso espectacular, lleno de emociones y triunfos destacados, como vencer dramáticamente a Nadal en la final de Wimbledon y recientemente a Federer en Cincinnati.
En las damas, Serena Williams es la mejor, pero su ausencia obligada por la reciente maternidad ha hecho que pierda puntos y ritmo. Recientemente, fue vencida en la final de Wimbledon por Angelique Kerber, de Alemania; sin embargo, la estadounidense será la gran favorita. La rumana Simona Halep es la número 1 del mundo, pero su tenis no garantiza colocarla como favorita.
La vieja guardia de Nadal y Federer, que dominó los últimos 12 meses, tiende a crecer con el serbio Djokovic, quien indudablemente está en gran momento, rompiendo récords, libre de lesiones y con un tenis que vuelve a emocionar a los más exigentes aficionados.
Ellos son la vieja guardia y están sugiriendo que, en los Grand Slams , se cambie a dos de tres sets, en lugar de tres de cinco. Arguyen que el deporte sería más espectacular y dinámico.
La Copa Davis ya hizo los cambios pertinentes y después de una ola de comentarios, el evento entre naciones será como un Mundial, con 18 equipos, jugando en una sede y en una semana, asegurando la participación de los mejores tenistas.
Si en una serie Copa Davis hay un ambiente increíble, imagínese a 18 equipos jugando para ser los campeones del mundo y ganar la Ensaladera de Plata.
Ahora es el turno de los Grand Slams , para pensar seriamente en los cambios, y así poder ver a estos “Tres Grandes” durante más años, además de ver de qué material están hechos los jóvenes que vienen empujando, como Zverev, Kyrgios, Thiem, Dimitrov y algunos otros que están integrándose día a día.
El US Open será el termómetro del futuro. El torneo dura 15 días, con cambios de clima, con partidos a tres de cinco sets en los hombres, en canchas duras, con pelotas más pesadas por la humedad y en donde la condición física tiene que estar al 100%, porque —por lo regular— los y las protagonistas van a surgir lesiones inesperadas y por allí se colará un jugador poco conocido y algún joven que aguante el difícil ritmo de este gran torneo.
El cambio de guardia se avecina en las mujeres y en los hombres, pero por lo pronto es tiempo de disfrutar a los “Tres Grandes” y a Serena , en lo que quizá sea uno de los últimos torneos estelares de la polémica jugadora.
Por último, me gustaría ver nombres nuevos y así poder observar las nuevas técnicas de los nuevos elementos.
¡¡¡Ya veremos!!!