Croacia

cuenta con más de 50 mil años de historia, iniciando con los Neandertales y pasando por muchas manos, desde los ilurios, celtas, romanos, griegos, venecianos, italianos, yugoslavos, hasta convertirse nuevamente en Croacia , hace aproximadamente 30 años, cuando pelearon contra sus propios hermanos, levantaron la bandera a cuadros blancos y rojos, y recuperaron la soberanía de la parte oeste del mar Adriático .

Pero con todo y esto, vemos que el talento y el trabajo van de la mano. El resultado siempre será positivo y, en Croacia , con sólo 4.1 millones de habitantes, se lucha por brillar en el deporte, lo cual se rebasa con creces.

Hoy, cuentan con un segundo y un tercer lugares en Copas Mundiales , encabezados por Modric, Kovacic y Rakitic , entre otros. En tenis, han ganado títulos de Grand Slam con Ivanisevic y Cilic; en waterpolo , en balonmano y en basquetbol, por citar algunos deportes, siempre brillan, dejando muestra de ello en los Olímpicos de Río , donde quedaron en el lugar 17. Sin embargo, no es casualidad, es el trabajo logrado en la formación de talentos a través de Estados Unidos .

En México —al igual que en Croacia — se cuenta con talento que, desafortunadamente, tiene poco o nulo apoyo por parte de las instituciones, que están más ocupadas en otras cosas que en crear estructuras que den brillo al deporte.

Un ejemplo muy claro y del que podríamos aprender en México es el del director técnico del equipo de futbol croata, Zlatko Dalic , quien lo formó a través de un largo proceso, en el que incluyó tanto a jugadores nuevos como experimentados, haciendo que el trabajo y el talento fueran de la mano, hasta llevarlos a la final del Mundial.

Cómo no recordar la celebración de Croacia , que —a pesar de haber perdido ante Francia — festejó con gran emoción. Sentimiento que vimos en Kolinda Grabar-Kitarovica , presidenta de Croacia , quien atrajo la atención de millones de aficionados al disfrutar de su alegría y sencillez, por verla correr para abrazar a sus jugadores. Kolinda , digna representante de su país, solicitó un permiso especial para ausentarse de sus funciones gubernamentales y asistir a la final en Moscú , utilizando sus propios medios económicos y demostrando que se puede ser grande en la derrota, al mostrar su gran respeto y deportivismo al ir a felicitar, antes que nadie, a Emmanuel Macron , presidente de Francia .

Cada vez que veo a México competir y escucho ese grito que aborrezco: “¡Sí se puede!”, me pongo a pensar por qué no mejor estructuramos bien nuestro deporte, aprendemos de los croatas , apoyamos el talento de nuestros más de 125 millones de mexicanos, con estructuras deportivas, eliminamos algunas instituciones que salen sobrando y, con esa combinación de talento, trabajo y apoyo, cambiamos la frase a “¡ Vamos México !”.

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