Es la primera ocasión que cuatro equipos ingleses dominan las dos competiciones más importantes del futbol en Europa; Liverpool y Tottenham en la Champions League, y Arsenal y Chelsea en la Europa League. Hoy, demuestran que el negocio y el deporte pueden ir de la mano, haciendo que el éxito de su Liga rebase expectativas.

España, con sus dos súper equipos: Real Madrid y Barcelona, está perdiendo la hegemonía en estas competencias y esto no es producto de la casualidad, pues los clubes ingleses han trazado un estupendo plan de negocios que les están dando frutos, tanto en lo económico como en lo deportivo.

Los ingleses, quienes presumiblemente inventaron el futbol, no tomaron en cuenta que los chinos llevaban jugando al cuju, hoy futbol, desde antes y los italianos, desde el Siglo XVI, lo practicaban en la Piazza Santa Crocce de Florencia, así que confunden la palabra invención con reglamentación, pero no les quitemos crédito, porque gracias a ellos se reglamentó el futbol, así como tantos deportes que —hoy en día— son muy populares y continúan con las mismas reglas.

Inglaterra, con sus dos categorías, tiene más de 60% de capitales extranjeros, destacando magnates rusos, chinos, norteamericanos y árabes. El dinero que invierten tiene sus respectivos riesgos, pero el sistema utilizado está dando resultados y tienen garantizada parte de su inversión en el enorme retorno de los derechos de televisión y patrocinios que la Liga inglesa vende alrededor del mundo.

La Premier League tiene un ejército de directores técnicos extraordinarios, como el alemán Jürgen Klopp, el argentino Mauricio Pochettino, el español Pep Guardiola, el portugués José Mourinho y el italiano Antonio Conte, entre otros titanes. Ellos han cambiado y revolucionado aquel sistema inglés muy típico de antaño. Todos trabajan y le sacan provecho a cada estrella rutilante que contratan. Tienen un estilo muy particular de dirigir y saben bien que no tienen que ser mediáticos para llamar la atención, porque obteniendo resultados valdrán cada día más.

Los equipos en Inglaterra han invertido más del doble de lo que en Italia o en España y casi el triple de lo que invierten en Francia, Alemania y Portugal. Debido a esto, los jugadores ingleses con menor participación se encuentran con una tendencia a la baja y los jóvenes nacidos en Inglaterra tienen más dificultades de ser participates de este éxito deportivo y económico. Además, la regla de la Liga Premier establece contar con 25 jugadores en cada equipo; 17 pueden ser extranjeros, dejando sólo ocho posiciones para los ingleses o a los que salen de la formación dentro de sus escuelas de futbol.

La Liga Premier es la que dicta condiciones, crea innovación y vemos cómo cada equipo se opera como empresa, con objetivos claros, por lo que cuenta con una creciente afición en el mundo, además de que sus jugadores y directores técnicos luchan, como lo hicieron Liverpool y Tottenham, dejando el corazón en la cancha, confirmando que el éxito del futbol inglés no es casualidad.

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