Hace “mucho tiempo”, como unos treinta años, las cosas eran demasiado simples en comparación al día de hoy. Por ejemplo, si un hombre adulto había nacido varón, sin importar cirugías y tratamientos por su condición transexual, no podía ser considerado mujer. Era imposible y solo imaginable por las mentes retorcidas y promiscuas de una sociedad mucho más conservadora de la que hoy día existe. Evidentemente, ese nacido varón no podría jamás aspirar a ser Miss Universo.
El caso de Miss España, hoy coronada en la transexual Ángela Ponce, marca un nuevo debate público sobre los derechos sexuales. ¿Hasta qué grado puede considerarse a un transexual perteneciente al género opuesto al de su nacimiento? Hoy, a diferencia de hace décadas, existe la tecnología médica y la apertura social para abordar, sin prejuicios ni radicalismos, el asunto de la manera más seria posible.
Miss Universo se fundó en 1952 bajo la firma de los trajes de baño Catalina’s, en gran parte como una reacción cultural a la era de la post guerra. Después de que la humanidad escribiera una de las páginas más negras en su historia eran necesarios respiros de libertad que se volcaron en las artes y, evidentemente, en la moda como una forma de romper los estereotipos de conservadurismo y sumisión femeninas, bajo una lógica, hay que decirlo, a fin de cuentas machista y que terminó formando un estereotipo aún peor: el de la objetivización de la mujer.
El debate feminista sobre el tema en sí mismo de Miss Universo queda ahora rebasado ante el quiebre de los moldes tradicionales en la era de los derechos sexuales y la preponderancia del ciudadano global sobre el chauvinismo que, apunte aparte, ha generado disertaciones que intentan explicar el regreso y la fuerza de las ideologías ultraconservadoras como una tabla de salvamento, ante lo que una parte las sociedades ve perdida en lo que fue su jerarquía de valores convencionales es, al final, una añoranza, una nostalgia del mundo que solía ser más simple.
Ángela Ponce puede participar en Miss Universo de acuerdo con las reglas del concurso en España, al mismo tiempo, mujeres no trans, nacidas mujeres, como Valeria Morales, Miss Colombia, que competirá contra Ponce, han señalado su desacuerdo con argumentos igual de válidos al señalar, en síntesis, que el concurso es para mujeres que siempre han sido mujeres.
La mexicana Lupita Jones, Miss Universo 1991, dijo que una transexual nunca podrá ser igual a una mujer. ¿Es su declaración intolerante o abre un nuevo debate sobre derechos sexuales? Valdría la pena recordar a Thomas Beati, un transexual (nacido mujer) que mantuvo sus genitales pero cambió, legalmente y mediante tratamientos hormonales y quirúrgicos, su identidad sexual dando a luz a tres niños y convirtiéndose en el primer hombre embarazado.
¿Qué pasará, si es que pasa, cuando la ciencia avance lo suficiente para que una trans pueda concebir?
Itzel Ávila, hasta el momento de escribir esta columna, se presumía muerta por suicidio, era un transexual que posteó una crítica al comentario de Jones. Hoy, la ex Miss Universo mexicana es tachada de asesina por expresar su opinión. Así de complejo el mundo que nos ha tocado.
DE COLOFÓN.— Convocarán a cincuenta mil jóvenes para ser parte de las Fuerzas Armadas y la Policía Federal. El Presidente Electo tiene gran poder de convocatoria, ni duda cabe, ¿entonces la solución son más soldados en la calle?