Luis C. López Morton Z.

La Guitarra Bouchet

La Guitarra Bouchet
25/04/2019 |23:00
Redacción El Universal
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Una de las experiencias más memorables que he tenido en mi vida es el haber asistido a las exhibiciones previas de subastas de instrumentos musicales, me ha tocado estar en Sotheby’s, Christie’s y Bonhams en Londres, así como en Skinner en Boston.

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Estas exhibiciones son muy particulares sobre todo por los compradores que llegan de todo el mundo a revisar los instrumentos que van a salir a subasta. Obvio que en su mayoría son músicos profesionales interesados ya sea en un violín, una viola, una flauta, una guitarra y son, en muchos de los casos, artistas conocidos que están buscando un nuevo instrumento con otro sonido; de nuevos la mayoría de los instrumentos no tienen nada ya que están fabricados, muchos de ellos, en el siglo XVII, pasando por el XVIII y XIX, llegando hasta nuestros días.

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Lo maravilloso de estar en la exhibición es escuchar cómo prueban los instrumentos, cómo los toman, los revisan y en un momento les dan una buena tocada, bajo los ojos de los especialistas de la casa de subastas que van proporcionándolos y volviéndolos a colocar en la exhibición.

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La Guitarra Bouchet

Hace ya alrededor de 10 años en un viaje a Londres hice una cita con el especialista de instrumentos musicales de Christie’s South Kensington. Yo llevaba un fajo de fotografías de alrededor de seis violines, de personas que los querían vender aquí en México, así como las fotografías de una guitarra que me dio el papá de uno de mis concuños, él, un profesional de la guitarra que me dijo que quería ver qué estimados de subasta le ponían a su guitarra.

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Llegué a Christie’s a la hora acordada y salió un joven de unos 38 años, muy alto, con los pelos casi hasta el hombro, sin traje ni corbata, más bien muy informal e inmediatamente le di el fajo de fotografías. Fue pasándolas con cierto detenimiento y cuando me di cuenta ya habían pasado todas las de los violines y venía la de la guitarra. Desde la primera foto la apartó en otro montón, terminó de revisarlas y descartó todos los violines. Me dijo que la Bouchet le interesaba mucho.

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En ningún momento le dije que era una Bouchet . Él se quedó más sorprendido con la historia que le platiqué y que me había contado el papá de mi concuño y es que éste, conociendo la fama y cómo sonaban las guitarras Bouchet , fue a Francia a la casa de Robert Bouchet (1898-1986). Cuenta que tocó a la puerta y pidió hablar con el Maestro Bouchet , le preguntaron que para qué y dijo que quería comprar una guitarra, en ese momento le dijeron que el Maestro era muy mayor y que no tenía nada que vender. Se fue, al día siguiente volvió y sucedió lo mismo, así hasta el cuarto día en el que el Maestro hizo que entrara a su casa y le preguntó que para quién quería la guitarra, él le contestó que para él, en ese momento el Maestro sacó una guitarra, se la dio y ordenó que la tocara, y así lo hizo; por la forma como tocó convenció a Bouchet para que le vendiera una guitarra y según platicó fue la última que fabricó este laudero.

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La historia convenció más al especialista de Christie’s South Kensington, quien me dio las instrucciones de cómo transportarla de la Ciudad de México a Londres y también los estimados de venta en subasta de 30,000 a 40,000 libras esterlinas.

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Ya de vuelta en la Ciudad de México le di toda la información al papá de mi concuño, quien prefirió seguir tocando su Bouchet .

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