Un buen día llegó una señora con una pintura que no quería vender, solamente quería que le prestáramos una cantidad sobre la misma para poder pagar la mudanza de su casa del centro histórico de la Ciudad de México a otra colonia.
Requería, si no mal recuerdo, $25,000 pesos. La persona encargada del departamento de préstamos y adelantos vino conmigo y me platicó que la señora solo necesitaba $25,000 pesos, pero que la obra valía mucho más ya que, según él, se trataba de una pintura de Antonio Ruiz “El Corcito”, y también que la señora comentó que en algún momento su papá le dijo que esa obra un día la podría sacar de algún apuro.
La revisamos con detalle y efectivamente aparecía publicada en el libro de Antonio Ruiz “El Corcito”, impreso y editado por Dimart, A.C., investigación a cargo de Oliver Debroise, número de catálogo 39, página 71; venía ilustrada en el libro con una fotografía en blanco y negro, así como con una nota indicando que se desconocía su paradero y con el título de “Ensayo de títeres”. Efectivamente era la pintura que trajo la señora y de acuerdo a la investigación le podíamos prestar más de $400,000 pesos.
Juan Soriano, Dolores del Río, Pita Amor y Antonio Ruiz "El Corcito"
La señora no quiso que le prestáramos más que lo que necesitaba para la mudanza, pero sí aceptó dejar que la pintura la incluyéramos en la próxima Subasta de Arte Moderno y Contemporáneo.
Se le adelantaron los $25,000 pesos y unos meses más tarde salió a remate la pintura con estimados de $450,000 a $800,000 pesos.
Antes de que llegara el día de la subasta ya había mucho interés por el “Ensayo de títeres”, temple sobre cartón de 29 x 20 cms, firmado y fechado 1935; fueron a verlo a la exhibición previa gran cantidad de personas interesadas en comprarlo, también curiosos y estudiosos para ver una pieza que había estado perdida.
Llego el día de la subasta y salió con el lote número 83, había mucho nerviosismo en la sala y mío también, porque yo era el subastador, por fin después de uno o dos minutos martillé en $1,800,000 pesos, precio muy superior a nuestros estimados y a las expectativas de todos los presentes.
Ensayo de títeres. Firmada y Fechada 1935. Temple sobre cartón.
Resta decir que la propietaria quedó fascinada con la cantidad que recibió de la venta, la cual no solo cubrió el préstamo, los intereses y los gastos de subasta sino muchas cosas más.
En muchas ocasiones nos llega gente sin saber lo que trae a valuar, por eso vale la pena que alguien revise nuestras pinturas, antigüedades u objetos que consideramos valiosos, de esa manera nos desengañamos en caso de que no sean lo esperado o tomamos mejores decisiones con los objetos que sí son, ya sea para vender, heredar o mejorar la forma en que cuidamos lo que es temporal, ya que no nos vamos a llevar nada después de la muerte y eventualmente pasará a otras manos, a otros custodios que tendrán que cuidar las obras para próximas generaciones.