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Manuel Vilas, que carga con el San Benito de ser “probablemente el escritor más peligroso que hay ahora mismo en España. Peligroso en el sentido de singular, independiente e irreductible a todas las convenciones”, reinventa a su ídolo setentero: Lou Reed que, antes que nada fue neoyorquino, fundador de la Velvet Underground y miembro distinguido del séquito de El Rey del Pop, Andy Warhol que, dicho sea de paso, se quejó de él en sus célebres diarios.
Sin más aditivo propulsor que una inventiva fuera de toda lógica lineal, Vilas alucina con la mítica figura de Reed, en una historia paralela llena de revelaciones (la del propio poeta que se encuentra con la figura roquera) en el contexto del franquismo de la España de los años 70. Lou Reed era español, editado a todo lujo por Malpaso, es más que un recorrido discográfico o un recuerdo de sus memorables conciertos (hay que decir que, alguna vez, pasó por México ostentando uno de los sonidos más pulcros que jamás se hayan oído en el Metropólitan, previa rueda de prensa en donde los elegidos fueron sólo algunos cuantos).
El encontronazo entre la estrella del rock esencial en el glam-rock y el joven poeta saca chispas con la combinación de la poesía en prosa y esta última con partitura en rock mayor, con un poco de todo: experiencias personales de ambos personajes, recuerdos imborrables, dramatismo glitter, cine y comedia de la vida roquera, que reinventa una mitología que se permite nombres como Buñuel, Jim Morrison, Antonio Machado y, desde luego, Reed en viaje de ida y vuelta al pasado, presente y futuro de un rockstar que abarcó cinco décadas discográficas en solitario, al margen de la contribución de Velvet Underground al pop, rock alternativo y cultura accidental de hoy.
Su segundo álbum en solitario: Transformer (1972), producido por David Bowie y el Spider from Mars, Mick Ronson, le trajo reconocimiento universal refrendado luego por el Berlín (1973). Incluso se fue más allá de la experimentación de la época con el Metal Machine Music (1975), que le supuso la feroz (y original crítica: No, no, no, no, no… y así hasta llenar una columna) de Lester Bangs, editor de Creem, que fue muy duro con él porque lo admiraba.
En 27 textos, viñetas o capítulos tan insólitos y originales (cada quien los leerá y los interpretará como quiera) Lou Reed deja parte de su alma en los recovecos y contexto de España, con la cual dialoga en un curioso epílogo casi final, sucedido por el in memorian que el escritor le dispensa al músico que se fue al olimpo del rock el 27 de octubre de 2013, por un mal hepático, que lloraron muchos, entre ellos quien fuera su tercera esposa, Laurie Anderson.
Su vida, legado, misterio, voz y la parafernalia de equipo que la amplificaba y modulaba, se dan cita en la información poetizada pormenorizada con que Vilas revive el mito, lo revisita y lo reinventa. El 18 de abril del 2015 fue inducido al Salón de la Fama del Rock (que cada vez se parece más a la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas que entrega el Oscar, muchas veces a quien menos lo merece) por Patti Smith.
Lou Reed era español, que por supuesto como otros volúmenes de Malpaso, regala su e-book,
es probablemente una interpretación de lo mejor que se ha intentado en el terreno del mito de los rockstars que se vuelven deidades.
No hay que perdérselo.