Esta semana estrenó Netflix el rockumental de Paul Dugdale Olé, olé, olé!: a trip across Latin America, de sus satánicas ancianidades en activo: The Rolling Stones, El rocku salió en su momento (2016) bajo el sello de Eagle Vision y seguramente bajo el agua como es su costumbre entre tanta corrupción, Universal Music vendió algunos. Otros llegaron por la acostumbrada vía alternativa que cualquiera sacaría cuando es un negocio redondo y los Rolling lo son. Lo curioso del metraje fílmico que atraviesa Latinoamérica (Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Perú, Colombia y México, para terminar en Cuba, que llevaba décadas sin ningún concierto) es el ensamblado de sus imágenes.
Entre conciertos, charlas y entrevistas que contrastan con la banda en directo, para el segmento mexicano se invitó a tres personajes del acontecer roquero nacional: Armando Molina (organizador del Festival de Avándaro de 1971, en lo tocante a los grupos; Alex Lora, santón oficial, paródico de su propia y ya muy gastada trayectoria y mandilón al servicio de su domadora y “cantante”, Chela Lora; más la figura del tijuanense Javier Bátiz que dice, que le enseñó a tocar a Carlos Santana).
El único que mostró sensatez y aciertos en los tiros de carambola verbal de tres bandas de un billar de La Condesa, donde llegó Ron Wood, fue Molina. Lora, como siempre mostró, los sobados clichés de siempre que lo han vuelto desde hace mucho el previsible payasito del rock mexicano ya desfasado. Mientras que al pobre de Batiz, que vive en el recuerdo, los dejó solo, con sus quejidos en una cantina de lujo, un exigente crew británico.
Con todo lo que mercadean en el mundo, los Rolling, suman con este trabajo que va al baúl de los recuerdos, un rocku más a los muchos que tienen para redefinir su leyenda.
Siguiendo con el tema, con una edición especial del mismísimo Libro de los Muertos, del Egipto milenario, acaba de salir una espectacular colección de sus primeros tiempos (que ha llegado desde Japón) en una sobresaliente edición de réplica restaurada y remasteriza.
Se trata de un material de sus primeros discos y canciones de las que ya muy rara vez tocan en directo.
Bajo el nombre de La gran historia de los Rolling Stones se agrupan canciones legendarias como la primera que les dieron Los Beatles (“I wanna be yor man”), su versión a “Money”, “Poison Ive”, “Not fade away”, la fantástica “It’s all over now”, “Mona”, “Route 66” y la toca nervios del corazón: “Time is on my side”… uno de los más grandes éxitos de venta que tuvo en su momento, el Gran Disco de Luis Cabero.
Con un sonido pasmoso vienen “Carol”, “Little red roster”, The last time” y “Heart of stone”. “Get off of my cloud”, “19th nervous breackdown”, “Lady Jane”, “Under my thum”, “Ruby twesday”, “She’s a rainbow”, “2000 light years from home”, conforman otro bloque de nostalgia stoniana. En un quinto disco se agrupan las emociones de rolas como: “Street fighting mas”, “Sympathy for the devil”, “Honky tonk women”, “Let it bleed”, “Gimme shelter”. Canciones de pocos minutos, pero hondas emociones.
El sonido conseguido en esta quíntuple entrega coleccionable es tan alucinante como genial, como el precio de verdadera ganga que hay que pagar para irnos a los años 60 y 70, con las técnicas de grabación del ayer con la tecnología del hoy.
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