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Mientras las discográficas ya están haciendo el testamento lamentándose, la mayoría, no haber explotado como deberían sus catálogos, los que nunca preguntan por derechos de autor y licencias aprovechan la confusión reinante para volverse una poderosa fuerza alternativa que comercializa, lo mismo la nostalgia que lo rescatable del presente, fomentando el coleccionismo selecto de CD, viniles y ediciones especiales para melómanos fundamentalistas.
Ni Spotify puede con este tipo de puristas del rock y el pop, a pesar de los cientos de miles de álbumes y los millones de canciones a disposición de los usuarios, muchos de los cuales que están desde hace tiempo en una cruzada por el producto físico. Por eso a algunos les sube la taquicardia cuando se encuentran verdaderas rarezas como The Zombies (revalorizados y activos en estos tiempos digitales) Collection Volume 2 o el You’re Not Alone, del guitarrista de blues “desconocido” más famoso del mundo: Roy Buchanan, residente actual del infierno.
Tom Waits, que se sepa nunca editado aquí, se puede conseguir con una discografía casi completa de su periodo en Island Records, porque la disquera que lo representa legalmente aquí no sabe ni de quién se trata. La tentación por conseguir “lo prohibido” es mayúscula, en eso de los bonus agregados. Por ejemplo: el Life is just a bowl of Berries, de los Rockin’ Berries con 12 temas originales, viene adicionado con 19 bonus tracks,
en una hábil maniobra de las disqueras Castle Coomminications, Pay Records y East West Records, a la que se suma la edición nacional en réplica del que todo lo tiene: José Luis Mondragón, en el reino de Tepito.
Sin discriminar géneros ni discográficas, esta semana apareció la edición mexicana (Gas Records) de La Caja, con vocalizaciones de Chava, de La Casta y la bataca de Eduardo Medina (Chac Mool). También están disponible los dos CD de Cabezas de Cera, Metal música y Aleaciones aleatorias, compilados en un solo disco, más 16 temas selectos de los amos del glam, Roxy Music en un Best of.
Ya en el colmo de la presunción el Greatest hits de Karlheinz Stockhousen, en dos compactos sacados directamente del LP y con una justificación-recomendación de Rolling Stone, que tiene no sólo historias famosas sino hasta anécdotas increíbles cortesía de personajes de la vida cultural nacional, como Arturo Saucedo. Por otro lado, la discografía de Frank Zappa cuyos orígenes se pueden rastrear en los discos de The mothers of invention, sigue creciendo desde aquellos tiempos del Doo Wop hasta las experimentaciones sonoras que lo han vuelto un personaje de culto, aún después de muerto.
Fieles al progresivo de todos los tiempos crimsonianos, como Miguel Ángel Pichardo, que ofrece misas todos los sábados en el altar construido a La Virgen de progresivo, en el tianguis del Chopo, no sabe sí reír o llorar; sí comprar la edición original europea, o la versión alternativa nacional en réplica de una nueva caja del Rey Carmesí que trae la friolera de 25 discos orquestados por el señor Fripp. La diferencia en precio importado o hecho en el país, es de verdadero escándalo.
Otro que también salió a la luz, después de ser editado hace años, con una discografía emergente, lo grabado hasta haber sido el primer mártir del sida hace años: Klaus Nomi: con un MP3 totalizado y varios de sus mejores vinilos. Oír para creer y ver su documental The Nomi Song, para convertirse. Hasta Bowie se quitó el sombrero con él.