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Ante la poca oferta que ofrece un panorama musical de pop-rock, en su mayoría dominado por la mediocridad de artistas y temas desechables, convienen echarse un clavado al pasado italiano que, alguna vez, dominó con sus artistas el mercado mundial cambiario del vinil en el Tianguis de Chopo. Ahora con monumentales bibliotecas musicales digitales, el pasado está disponible en muchas plataformas digitales y, aunque es mejor tener las versiones físicas, a falta de pan, tortillas.
¿Dónde están ahora cantantes como Anna Oxa, Gianna Nannini, Franco Battiato, Matia Bazar, Locanda Delle Fate…? Es difícil saberlo pero, seguramente, grabando o dando conciertos como Le Horme, Equipe 84, Locanda Dellefate, PFM y otros tantos ejemplos del ala progresiva del rock y pop italiano que, por raro que parezca, es más conocido por los especialistas mexicanos, que por los propios ítalos.
El mejor escaparate del pop italiano sigue siendo aún el famoso Festival de San Remo, por donde han desfilado toda clase de luminarias, cantantes, solistas y grupos. Aquí en México son famosas las compilaciones del festival hechas artesanalmente en formato de mini LP por el intrépido José Luis El Mondra que puede satisfacer los gustos más exigentes con álbumes prácticamente inconseguibles por la vía legal, gracias a la impericia de las disqueras que lo que menos les interesa es explotar sus catálogos.
Hubo un tiempo aquí en México en que, por ejemplo, uno de los álbumes más buscados del rock italiano era el Forse le Luciolle non si Amano Piu, de Locanda Dellefate, grabado en 1977. Por él se llegaron a ofrecer grandes fortunas en su formato de vinyl de siete temas. Más tarde, en su versión de CD con bonus en sus reediciones 1990 y 1994, su fenómeno de exquisitez melódica se repitió. En la actualidad es uno de los álbumes preferidos de los amantes del rock progresivo. Como dato curioso: el álbum llegó en su momento a la disquera PolyGram pero, como no estaba de moda el progre con fines comerciales, fue al departamento de destrucción, de donde fue rescatado por un testigo protegido y así inició su leyenda en México.
Algunos de los álbumes de por la muchos señalada como la versión femenina de Bowie; Anna Oxa, llegaron a Sony, donde en su memento sí fluía la materia gris, por lo que editaron por lo menos dos de la más de una veintena que tiene de pop rebosante de finas armonías pop. Giana Nannini es otro ejemplo del rock italiano con una hembra que no sólo canta sino que compuso en su momento, muchos álbumes —más de 20— esenciales del rock italiano perdurables hasta ahora.
A esos nombres femeninos hay que agregar la exuberancia, versatilidad y originalidad de un grupo. Matia Bazar, de quien en un San Remo se dijo que era una agrupación que podía hacer música del pasado, del presente y del futuro. Un tema harto recordado en su versión en español lanzado aquí por Gamma (“Solo tú”) fue su One Hit Wonder nacional. Sin embargo, sus álbumes que sobrepasan 30, son en su mayoría muy buenos y de avanzada.
Franco Battiato es otro ejemplo de versatitilad. Para sus puristas, lo mejor son los discos de sus inicios en el rock. No en balde siguen muy vigentes en plataformas como Spotify. Para muchos su tarjeta de presentación es el tema “Centro di Gravita Permanente”.