José Xavier Návar

El lado encubierto del mex rock

19/07/2019 |01:01
Redacción El Universal
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Gracias al coleccionismo y a la presunción del “yo lo tengo” y, desde luego, a la negatividad burócrata de las disqueras es que al grito de “al abordaje” las réplicas se venden por las puertas de atrás.

Estas curiosas deidades nacionales, superando algunas veces a las italianas y japonesas en calidad sonora (hasta con un modesto porta estudio se puede restaurar y remasterizar hasta lo imposible) y presentación estética, en algunos casos, se vuelven objetos de culto.

Los ejemplos abundan y aunque su aparición tardía en el rock mexicano le proporcionan estatus al poseedor. Uno de ellos es Los monjes en el Politécnico (CBS Dsa 469, de 1966), grupo integrado por Julio Bracho (batería y voz), Hesiquio Ramos (tecladista) y José Antonio de la Mora (bajo). “Armándaro” Molina, uno de los perpetradores del festival de Avándaro, da fe en su texto: Historia del rock mexicano, volumen 1, de cómo, Jaime Ortiz Pino produjo el álbum, que en su réplica incluye un EP con temas que no vienen en el LP: “Selvática”, “Batman”, “Mi mami dijo” y “Pobre niña”, en versiones remasterizadas (¡!)

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No falta también, en réplica restaurada y remasterizada, el disco (Pop art, de 1965) producido por Mr. Telenovela, Ernesto Alonso: Triunfo y aplastamiento del mundo moderno con riesgo de Arau (Arau a Go Go), con Los Tepetatles, con canciones y textos de Carlos Monsiváis, Salvador Flores y Alfonso Arau. Las escenografías y diseños son de José Luis Cuevas y Vicente Rojo, y la voz del evento del Quid es la del incomparable Ángel Fernández. El LP original anda entre los 10 y 13 mil pesos, mientras que la réplica que salió en 100 pesos, está ahora en casi los 300.

De los tapatíos de Toncho Pilatos está en la serie Rock Power (con funda doble), de 1973, su cuidada producción en réplica, previo el tiraje limitado de un LP clandestino sacado por el zorro blanco del tianguis del Chopo, y es óptima. También existe un disco de 1975, en vivo en el Salón Chicago (hoyo fonki, legendario en Peralvillo, en Tepito) donde Monsiváis escribió sobre las andanzas de otro legendario (increíblemente en activo), Paco Gruexxo.

Los veracruzanos integrantes de El tarro de mostaza, antes de haber sido The Sounds, y antes de grabar su único acetato para EMI, han visto que al paso del tiempo su álbum homónimo sigue siendo muy efectivo en dejar huella en el mercado de valores roqueros. Hubo un tiempo que el LP llegó a valer más de 10 mil pesos, mientras su réplica original se mantiene en los 400. Estuvieron tres años en el ajo y hubo quien dijo que su música de avanzada era como Pink Floyd, con los Ángeles Negros y Azules. La disquera Capitol se ha hecho la muerta para pagarles 40 años de regalías. Su historia se cuece aparte.

En 2007, como producto especial para Manuel Álvarez (quien sacó varias ediciones de Kaleidoscope en LP y casete, y que en breve lanzará una edición especial con disco CD y la historia del grupo), Orfeón Videovox le cedió los derechos para lanzar en mini LP la edición en réplica del primer álbum de Dangerous rhythn. Luego sacó un vinil con EP de regalo y quizá ahora esté en tratos para lanzar el soundtrack de un documental. Hay que estar a las vivas con otras curiosidades del rock mexicano, que reclaman su doble vida.

pepenavar60@gmailcom