Mucho antes de los años 90, muchos directores del cine independiente americano sentaron las bases de un culto cinematográfico que aún perdura con películas como: El despertar del diablo (Sam Raimi), Bad liutenant (Abel Ferrara), Living in oblivion (Tom Di Cillo), Fargo (los hermanos Cohen), Perros de reserva (Quentin Tarantino), Kids (Larry Clark), Sospechosos comunes (Bryan Singer), La mosca (David Cronenberg), Tren misterioso (Jim Jarmush), Henry: Retrato de un asesino en serie (John McNaughton)… la lista es larga.
Sin embargo, pocos han recibido el beneficio de lo digital, más allá del VHS convertido en DVD. Contados han pasado al Blu-ray. Buscándole, uno se puede encontrar con, por ejemplo, toda una curiosidad del 78: Sam Raimi: Early Shorts, que en 157 minutos compila todos los cortos y mediometrajes en que trabajo el director de Darkman, en el ámbito del terror, la comedia negra, el cine fantástico y el thriller. Entre sus cambiantes giros cinematográficos de más de 180 grados figuran en Blu-ray: Arrástrame al infierno, Ash vs. evil dead (la serie de 2015) y supuesta al día en el mundo zombi: Black Ghiandola, con Johnny Deep y Laura Dern.
Tom di Cillo, el creador de esa extravagante y divertida cinta Living in oblivion (1965), que retrata al cine dentro del cine, con las peripecias técnicas y emocionales de un director de cine (Steve Busemi), tuvo un regreso en 2006 con Delirious, una fascinante sátira de comedia y drama con Buscemi nuevamente, en una historia que retrata desde otro ángulo el siempre impredecible mundillo del cine. El estadounidense de culto, David Lynch, por su parte, regresó en su casi biopic personal (The art of life) de la mano de tres directores que se meten en su vida para luego sorprender con su increíble visión del cine en formato televisivo con la tercera temporada de Twin Peaks, a 25 años de los sucesos iniciales del asesinato de Laura Palmer.
Jim Jarmush, en 2016, se metió en el mutilado y cicatrizado cuerpo de Iggy Pop, combinándolo con el potente, agresivo y devastador sonido de los Stooges, los padres del rock alternativo. El que fuera novio y amante del Duke Blanco, David Bowie, es el más famoso sobreviviente escogido del rock, en esta era donde se confecciona la peor música de la historia (rap e hip-hop, incluidos). En 2013 nos ofreció una visión nueva y nada optimista del mundo de los vampiros, que nada tienen que ver con la visón del mexicano Corona Blake.
Quentin Tarantino no ha dejado de talonear desde que en 2014 nos ofreciera su punto de vista cinematográfico sobre Los Cazafantasmas, versión plastilina animada. Luego de los Odiosos ocho, un explosivo y sangriento western, regresa a la senda del thriller criminal con Érase una vez en Hollywood, que se espera para el año que entra.
Abel Ferrara que llevó por primera vez al cine las imágenes de un taladro penetrando carne humana viva en el clásico The Driller Killer, le entra al rockumental con Alive in France (2017) con la reinterpretación de canciones y música de sus películas, para entendidos en su cine, sus preferencias auditivas punk, con cámaras apuntando a una realidad alternativa a su extraño y atractivo cine. Todo es cuestión de buscarle el los formatos bucaneros de alternatividad latente.