Ante la poca creatividad musical actual y la repetición de las viejas fórmulas y los clichés recurrentes, se percibe una ola de nostalgia de muchos de los que quisieran saber a qué sonaba la alternatividad en los años 70, en que prácticamente el rock evolucionó de manera definitiva en los usos y costumbres de una creatividad que se aferró después en los 80 y desbarró horriblemente en los 90.
Los que estén interesados en el fenómeno que cambió en ese entonces las reglas imperantes del rock y el pop, harían bien en revisitar —ahora que con Internet y las plataformas digitales como Spotify, se puede— curiosidades que aún suenan y retumban en YouTube, donde está depositada buena parte de la historia de estos géneros.
Los buenos ejemplos, afortunadamente, abundan. Está el caso del naciente y ochentero Synth-Pop de Gary Numan, que formó parte de la primera andanada de lanzamientos de los hoy descontinuados VHS, al lado del One for the road, de Los Kinks, y el Eat to the Beat, de Blondie (todos vigentes hasta ahora). El turning principle, de 1979, grabado en vivo en el Hammersmith Odeon londinense, el 28 de septiembre, es un referente obligatorio por la banda (resultante de la mutación de la Tubeway Army) y una temática musical del rock electrónico del futuro (Cars, Down in the park, Are Friends Electric…) que no ha dejado de retumbar en los formatos de costumbre.
Paul Williams, uno de los músicos emergentes y expertos en rock de todos los tiempos es, al mismo tiempo, el creador de la banda sonora de la película de culto El fantasma del paraíso (1974), de Brian de Palma, que el diabólico villano Swan en la fantasía épica que combina elementos de El fantasma de la ópera, Fausto y que incluso se atrevió a vaticinar en su momento cómo sería el rock del futuro con gente como Harold Oblong, Archie Hann, Jefrey Comanor (The Juicy Fruits, The Beach Bums, The Undead, respectivamente), Gerrit Graham y los fantásticos: William Finley (El fantasma) y Jessica Harper.
La cinta de absoluto culto vitoreada hasta por Guillermo del Toro, aún tiene el reconocimiento y los homenajes nocturnos de la también de culto: The Rocky horror picture show, cuyas ediciones en DVD y Blu-ray y hasta en Laser Disc, aún son codiciadas para cantar hasta en la regadera la música y lírica de Richard O’Brien (Rif Raf) en las voces autorizadas del Dr. Frank-N-Furter (Tim Curry), Janet Weiss (Susan Sarandon), Magenta, Columbia, Brad Majors, Eddy (Meat Loaf) y el resto del elenco freak. Todos bajo la dirección de Jim Sharman.
Muerto Frank Zappa, que viva Zappa y las reediciones del Freak out!, Absoluty free, Lumpy Gravy, Cruising whit Ruben & The Jets y la insuperable parodia al Sargento Pimienta: el We’re only in it for the money cuyas ediciones originales en vinilo cuestan varios ojos de la cara. Frank está más vivo que nunca y sus álbumes siguen inspirando a los que quieren ir más allá de la música del Doo Wop, hasta el pop y rock experimental. Sin más pasaporte visual que la iniciativa que se tome en YouTube, se puede ver lo hasta hace unos años imposible: conciertos, vistas guiadas a sus estudios; sus duras críticas a la industria discográfica establecida que mantiene sus políticas caducas e infames que proponen, como la canción de Jethro Tull seguir “viviendo en el pasado”, si su dinero sigue fluyendo.