José Xavier Návar

Chernobyl: 33 años

08/06/2019 |01:00
Redacción El Universal
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Como tal vez ningún otro fenómeno en el mundo, el desastre de Chernobyl ha sido duramente documentado en múltiples canales de YouTube, donde una serie de errores impensables condujeron, el 26 de abril de 1986, a la explosión del reactor cuatro que cambió las reglas del átomo conocidas en la central nuclear V. I. Lenin. La vida humana, en su mayoría, se desintegró por las altas dosis de radiación, dejando secuelas mortales, ciudades fantasmas, mutación de especies e historias desgarradoras como las de “Los Liquidadores” (soldados reservistas), que penetraron en ese infierno, retiraron los escombros —grafito, plutonio y uranio— hoy sellados en un moderno sarcófago protector.

Las enfermedades cancerígenas asociadas al estallido del reactor se volvieron una pesadilla recurrente de trastornos en el mayor accidente nuclear de la humanidad. Incluso hoy, la Zona de 30 kilómetros de “Exclusión”, es un peligro. Se calcula que durará 24 mil años. Tras la explosión, murieron 28 operarios y se supone que fueron evacuadas unas 350 mil personas. Aún hoy hay dramáticas secuelas. La llamada Zona Cero significa un siniestro recorrido por cerca de 5 mil 200 kilómetros cuadrados radioactivos.

La ciudad hoy fantasma de Prípiat, a tres kilómetros del reactor que ardió más de 10 días seguidos, contaminando todo, puede visitarse, por poco tiempo, en lo que muchos consideran como un siniestro tour vacacional. También está la dramática posibilidad de verla desierta, desde el aire, con drones equipados con cámaras de HD. Lo que no se puede ver son los cánceres de tiroides, medula y los daños genéticos y psicológicos que mermaron después en una indefensa población.

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Un destino incierto se cierne para cerca de 240 mil habitantes de la localidad, que trabajaron en el desastre y que, sin saber, ingirieron mucha radioactividad en comida. Lo mismo para otros tantos que se expusieron a la nube radioactiva que aparte cargan con la contaminación por cesio 137 y estroncio 90 y el agua contaminada. Los ecólogos no dan crédito a lo que ven. HBO estrenó una miniserie de cinco capítulos en donde el científico que reveló todo el mal sobré Chernobyl: Valery Legasov (que se suicidó dos años después del desastre) expone su versión de lo que pasó.

YouTube tiene varios documentales que exploran desde diferentes ángulos lo que pasó en esa tierra radioactiva. Uno de los mejores es el filme de Thomas Johnson para Discovery Channel: El desastre nuclear de Chernobyl. También están compilados sobre lo que se escondió; 10 cosas poco comunes de Chernobyl. Extraños eventos que involucran a Google Maps, la Recreación del desastre, la Zona de exclusión, el Top radioactivo; Chernobyl: como está ahora el lugar más radioactivo del mundo, Las mentiras del reactor, Mutantes en la radioactividad y un apasionante Siete misterios más terroríficos de Chernobyl.

Claro que las teorías conspiratorias están a la orden del día pero, gracias a estos compilados, uno se puede encontrar con que detrás del accidente nuclear, dicen, estuvo la CIA, más guerras termonucleares en los años 50, y las historias que están tras la llamada “Pata del Elefante”, el lugar más radioactivo del planeta que ha matado en menos de cinco minutos a quien ha dado fe fotográfica de la malformación del magma radioactivo que dejó tras de sí un paisaje desolado como advertencia de los átomos cuando enloquecen y se convierten en atracción turística.

pepenavar60@gmail.com