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Una prueba más de que lo que queda de las disqueras establecidas aquí en nuestro Mexiquito carece de materia gris y sentido común es la discografía de la cantante estadounidense Beth Hart, nunca lanzada en nuestro país. A pesar de ser una contralto potente y reconocida que además compone, toca el piano y es amiga de tipos como Jeff Beck, Slash y Joe Bonamassa.
Sus discos no son ni parecen ser moneda corriente en el mercado nacional dentro del ámbito del soul, el blues eléctrico moderno, jazz y el rock de fusión y parece que sólo unos pocos de los que no son progres de tiempo completo la conocen en el tianguis de tenis, playeras y chucherías… y también de lo poco que queda del rock en el Chopo.
Por eso la Beth es para los de oídos adiestrados en estas peligrosas fusiones sorpresa y para disqueras que no lo apuestan todo al reggaetón, las canciones desechables, el grupero sobreexplotado y el catálogo desaprovechado. Con una excelsa discografía que sobrepasa los 15 álbumes entre trabajos solistas y colaboraciones, me atrevo a retar a cualquiera que le guste Janis Joplin, a que no se emocione con esta cantante vigente desde 1996.
Cinco álbumes en formato de mini LP grabados a imagen y semejanza del original CD llegaron a mis manos por recomendación primero de un guitarrista amigo, después por un especialista en misiones casi imposibles de recuperación, armado y grabado con calidad profesional para competir con cualquier disco en el mercado, con el añadido del irresistible precio por el cual trinan las disqueras y que se merecen por tontas.
Los cinco títulos van acompañados de su respectivo coscorrón para las disqueras que les venga el saco por no haber actuado en consecuencia en su momento porque, podrán ser uno jumentos profesionales, pero sordos no son… ¿o sí?: Escreamin’ for my Supper (1999) que lo tuvo en su momento Atlantic (Warner). My California (2000), de Mascot Records. Leave the night on (2003), Universal. 37 Days (2007) de Universal. Bang bang bomm bomm (Provogue).
Los especialistas de All Music no sólo tienen bien renqueados sus discos sino con altas recomendaciones que no bajan de las cuatro estrellas por lo que, si andan en búsqueda de emociones que escapan al estándar de cantantes similares, le deben de dar una oportunidad, aunque esta sea clandestina, so pena de perderse a una fuera de serie que también pueden ver en el Blu-ray o concierto en DVD: el “Live in Amsterdam”, de hace tres años con Joe Bonamassa.
Los álbumes están disponibles con los hacedores de las réplicas de la caja de Neil Young (de siete discos, incluyendo sus “early-days”) que ni de chiste va asacar aquí disquera alguna.
pepenavar60 gmail.com