He tenido la oportunidad de tomarme unos días en esta interesante ciudad española, capital del Gobierno de Euzkadi y a la vez, capital de la provincia de Álava.

Vitoria está considerada como una de las ciudades europeas con mejor calidad de vida. Esto se refleja en la modernidad de los servicios urbanos como el transporte público, sus vialidades, manejo de residuos, cientos de parques y espacios abiertos, pero principalmente en seguridad, educación y salud pública.

Impacta la forma en está relacionado el ordenamiento urbano. Vitoria es una ciudad con una traza urbana impecable, con un “cinturón verde” conformado por parques públicos administrados por la municipalidad. Éstos, a la vez, están armonizados con parques nacionales y con algunos otros que están bajo la responsabilidad del gobierno autonómico a una relativa corta distancia, de tal suerte que en poco tiempo uno puede ir a estos lugares de descanso y esparcimiento.

En varias ocasiones he tratado el tema sobre ordenamiento urbano de la Ciudad de México. Estamos viviendo una situación crítica que pone en riesgo la sustentabilidad y el futuro de la metrópoli.

Ciertamente no pueden compararse dos ciudades con un número tan dispar de habitantes y con magnitudes territoriales tan distintas.

Pero hay que reconocer que la Ciudad de México tuvo programas de ordenamiento urbano que preservaban áreas naturales, agrícolas y los bosques de sus alrededores. El “Regente de Hierro”, Ernesto Uruchurtu, entendió que una ciudad debe mantener límites en su extensión.

Ya hemos analizado el fenómeno del crecimiento anárquico de varias ciudades importantes del país y de cómo en un corto tiempo duplicaron su población.

Vemos fenómenos terribles como la conurbación de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México y de su crecimiento, siguiendo las vialidades de comunicación con Querétaro, Puebla, Cuernavaca, Toluca y Pachuca, entre otras.

La principal diferencia en el desarrollo de ciudades europeas, como es el caso de Vitoria, está en la vivienda vertical en multifamiliares.

Muchos estudiosos afirman que en México el tema de la casa unifamiliar es un asunto “cultural”; sin embargo, sostengo el argumento de que en la Ciudad de México a mitad del siglo pasado, tuvieron un éxito reconocido a nivel mundial los desarrollos de unidades multifamiliares promovidos por el ISSSTE y el IMSS. Pero esta política se abandonó, no por cuestiones culturales sino por la terrible corrupción desde el gobierno cuando los responsables de las políticas de vivienda se asociaron con desarrolladores de unifamiliares. Surgieron jugosos negocios en los que el desarrollador adquiría grandes extensiones de terrenos agrícolas o ejidales para posteriormente obtener los permisos –casi siempre ilegales– de autoridades municipales y hacer “palomares” en sitios inaccesibles.

Urge revisar a fondo los planes de desarrollo urbano con criterio metropolitano, buscando revertir la extensión horizontal, recuperando áreas agrícolas y de bosques. Hay que reorientar la figura de los “polígonos de actuación” para emplearlos en desarrollos de Unidades Habitacionales. Hay que reordenar y “redensificar” muchas colonias donde se pueden habilitar este tipo de proyectos. Se necesita una política metropolitana y de largo, por lo menos al 2050.

@JL_Luege

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