Desde hace varias semanas, el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), responsable de la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM), cambió el acrónimo para referirse al mismo por NAIM. No hay ninguna explicación del por qué se eliminó la “C” de Ciudad.
Es interesante que el cambio se da en la etapa final de esta administración federal y también al calor de las campañas, lo que ha provocado nuevamente la discusión sobre varios aspectos del proyecto.
Sin embargo, el asunto no es menor, por el contrario, creo que obedece a una serie de intereses detrás del proyecto más importante del país que están directamente vinculados al desarrollo futuro de la zona oriente del NAICM y que pertenecen a los municipios de Atenco y de Texcoco y a la ocupación ilegal del resto de la Zona Federal del Lago de Texcoco (ZFLT).
La presión que se ejerció desde tiempo atrás para construir el NAICM en la ZFLT, viene del grupo dominante que ha gobernado al Estado de México las últimas administraciones y hoy, la Presidencia de la República.
Muchas veces me tocó como director de la Conagua discutir con autoridades del Estado de México sobre el ámbito de jurisdicción de los terrenos de la ZFLT. Invariablemente, insistían en que los terrenos pertenecían al Estado y concretamente al municipio de Ecatepec. En efecto, hay algunos mapas que delimitan la frontera de Ecatepec incluyendo la ZFLT.
Esto, evidentemente, no corresponde a la correcta delimitación constitucional porque los territorios de los estados colindantes con el Lago de Texcoco fueron establecidos cuando el Lago de Texcoco mantenía una gran superficie de inundación incluso en la época de estiaje. El Decreto para crear el Plan Lago de Texcoco en 1971, fijó la superficie de la ZFLT en 14 mil hectáreas (ha).
Lamentablemente se indujeron invasiones desde los municipios de Ecatepec y Chimalhuacán, por lo que en 1982 se emitió un nuevo decreto que fijó la superficie en 11 mil 600 ha. En la administración del presidente Felipe Calderón se liberaron invasiones y se adquirieron terrenos ejidales para que finalmente el área de la ZFLT quedara en 13 mil 300 ha.
Por lo tanto, este territorio no le pertenece al Estado de México, son y seguirán siendo zona federal, tal y como lo establece el Art. 27 de la Constitución, donde se considera a los lagos, lagunas y cuerpos de agua permanentes o intermitentes como “zona federal” y pertenecientes a la Nación.
Los grupos de interés detrás del proyecto del NAICM le quitaron la “C” de “Ciudad” precisamente porque no quieren negociar nada con la Ciudad de México; porque tienen una idea equivocada de “pertenencia” de estos terrenos, pero lo más grave, porque no tienen el más mínimo interés en un desarrollo armónico metropolitano.
La “Ciudad” no es sólo el territorio de lo que fue el D.F, hoy Ciudad de México; la Ciudad corresponde realmente a toda la Zona Metropolitana de la Ciudad de México y por lo tanto, de concretarse el proyecto del NAICM, tiene que ser de la Ciudad de México. Además, también se deben mejorar y apoyar todos los aeropuertos del país, no se puede pretender, hasta con un nombre, continuar con la centralización que ha dejado en abandono total a gran parte del país.
Es por ello que el nuevo aeropuerto no puede llamarse NAIM, debe ser NAICM.
Uno de los problemas más graves del proyecto es la ausencia del Programa de Ordenamiento Ecológico Regional. La idea de los desarrolladores que vienen detrás del NAICM es precisamente la ocupación del resto de la zona federal y de cientos de hectáreas libres hacia el oriente, pertenecientes a Atenco y Texcoco.
El polígono del NAICM es de 5 mil ha, quiere decir que en la ZFLT quedan otras 8 mil 300 ha que no son parte del proyecto y que deben preservarse. Su resguardo y protección es responsabilidad del Gobierno Federal, en particular de la Conagua.
El resto de la ZFLT independientemente del nuevo aeropuerto, mantiene su vocación de regulación hidrológica y de interés ecológico. Especialmente, se debe cuidar y mantener el Lago Nabor Carrillo con su espejo permanente de agua, como área de protección y anidación de aves migratorias y que ahora está en riesgo de perderse por la mala planeación del proyecto del NAICM.
Adicionalmente advertimos el alto riesgo que implicaría cambiar los usos del suelo en los terrenos al oriente del NAICM, debido a que no hay capacidad de carga ni agua en la zona. Proponemos mantener las áreas agrícolas, pero con alta tecnificación y el resto como zona de amortiguamiento ecológico.
www.ciudadposiblecdmx.org
@JL_Luege