Estamos en pleno periodo de precampañas y la gente está molesta por la saturación en los medios de la publicidad interna de cada uno de los “precandidatos”. La “espotización”, como se le llama, es insultante por la exagerada cantidad de anuncios casi simultáneos tanto en radio como en televisión.
Pero en este periodo de precampañas, independientemente de la pobreza y falta de contenido de la publicidad, el problema de fondo es que son absolutamente ilegales y representan el mayor fraude de arranque del periodo electoral del próximo año.
La ley es muy clara en este aspecto: las precampañas podrán contar con publicidad oficial, siempre y cuando se demuestre que hay competencia al interior de los partidos; es decir, que varios participan.
En el caso de las coaliciones resulta igual y lo que estamos viviendo es una burla.
La coalición Meade ciudadano por México, que se integró por el PRI, Partido Verde y de última hora Nueva Alianza, lleva como candidato único a José Antonio Meade Kuribreña. Pero ¿quiénes y cómo lo eligieron? Es obvio que Meade fue “ungido” por la mano del único y gran elector en el PRI, que es el Presidente de la República. No hubo otro precandidato, tampoco los hubo en el Verde ni en Nueva Alianza, partidos que simplemente se sumaron mediante la negociación de espacios en el Congreso y en algunos cargos a alcaldes.
En la coalición Juntos haremos historia sucedió exactamente lo mismo. Aquí se trata del autoungido, el meísas, el salvador de México, Andrés Manuel López Obrador, dueño y señor del partido Morena, quien por obra y gracia de él mismo se “destapa” y anuncia que habrá una encuesta para legitimiar su autonombramiento. Sin que nadie haya sabido si hubo o no tal encuesta, toma protesta y se autoproclama candidato en la misma fecha de la Virgen de Guadalupe, pretendiendo “montarse” en la profunda fe religiosa del pueblo mexicano.
A la coalición se suma un partido que, igual que Morena, resulta un jugoso negocio familiar: el PT, con su líder sempiterno, seguidor y admirador del dictador asesino de Norcorea y a quien se le acaba de descubrir un fraude millonario con recursos del gobierno del estado de Nuevo León.
Lo extraño en esta alianza, que además resulta inconcebible, es la unión del Partido Encuentro Social (PES), que el año pasado junto al PAN fueron “aplastados” en la discusión por la nueva Constitución de la Ciudad de México, en una burda imposición antidemocrática y dogmática por parte del PRD y de Morena, ¿alguien lo entiende?
Finalmente, en la coalición Por México al Frente, donde al menos se esperaba algún proceso democrático de selección del candidato a la Presidencia, sucedió lo que muchos ya habíamos denunciado, la manipulación por parte de Ricardo Anaya al interior del PAN y su negociación con Alejandra Barrales para quedarse él con la candidatura del Frente a la Presidencia. El PAN simula un proceso interno que no existe; ninguno de los precandidatos que se habían apuntado están en la contienda.
Como se puede apreciar, en ninguna de las tres coaliciones hay precandidatos ni procesos democráticos al interior de los partidos que las conforman, simplemente son una burda imposición de las cúpulas; por lo tanto, de acuerdo con la ley y dado que no hay precampañas, no debería haber espacios de publicidad oficial.
¿A qué está jugando el INE? ¿Por qué la burla a toda la sociedad? ¿Por qué nos quieren ver la cara a los ciudadanos?
Exigimos que detenga toda la publicidad de este proceso inexistente de precampañas, violatorio de la Ley y que representa una burla a la democracia de nuestro país.