Nos acercamos a la fecha en la que se realizará la consulta pública para tomar la decisión de continuar con la obra del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) en Texcoco o bien cambiar el proyecto a Santa Lucía. La votación se llevará a cabo del 25 al 28 de octubre en mil 100 mesas de consulta ubicadas en 538 municipios del país.
Casi nadie tiene seguridad de participar, y de hacerlo, no saben cuál será el sentido de su opinión. Mucha gente no conoce los graves impactos ecológicos del proyecto en Texcoco, pero tampoco pueden saber las consecuencias económicas que implicaría su abandono.
Si las preguntas se circunscriben sólo a tomar la decisión de si es Texcoco o Santa Lucía, me parecería un grave error, un falso debate, porque dejaría fuera la parte más preocupante de la opción Texcoco que es el impacto ambiental.
En la Zona Federal del Lago de Texcoco (ZFLT) se presentan dos condiciones que ponen en riesgo a millones de personas que habitan en los municipios circundantes: uno, confluyen la mayor parte de los drenajes de la Ciudad de México; y dos, se presentan los hundimientos del suelo más graves de todo el Valle de México que pueden llegar a ser hasta de 40 cm por año.
Esto ha provocado que los principales canales de desagüe hayan perdido su desnivel original y por lo mismo, su capacidad de diseño, convertidos ahora en “tirantes muertos” que requieren de complicados sistemas de bombeo y de elevar sus bordos para poder evacuar los grandes volúmenes de aguas negras generados en la Ciudad de México y toda la zona conurbada.
Es verdad que asociadas a la construcción del NAICM, la Conagua realiza obras hidráulicas muy importantes; sin embargo, desde mi punto de vista, que coincide con la de otros especialistas, son insuficientes dadas las condiciones de hundimiento del suelo. Por lo tanto, para garantizar la seguridad de las comunidades que se ubican en los alrededores de la ZFLT, donde se desarrolla el proyecto del NAICM, se requeriría mucha mayor inversión de la que se tiene prevista.
En 2014 que se presentó el proyecto del NAICM y tuvimos la oportunidad de revisar su Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), señalamos entonces que ubicar el polígono justo en la ZFLT era un error debido a que afectaba el Plan Lago de Texcoco, mismo que incluía —entre otras cosas— la construcción del Lago Nabor Carrillo.
En la MIA no se hace mención al Plan Lago de Texcoco, cuando en la práctica el proyecto del NAICM lo elimina por completo. No dice nada sobre el cambio de orientación de las pistas respecto del proyecto original de 2002 en la Administración Fox. Al quedar en dirección norte-sur, se nulifica la operación de la Base Aérea Militar de Santa Lucía y del Lago Nabor Carrillo como hábitat de aves migratorias. Esta situación gravísima, la MIA simplemente la omitió.
La MIA se aprueba sin una idea del Programa de Ordenamiento Territorial; es decir, nadie sabe hacia dónde será el crecimiento urbano promovido por el NAICM ni cómo se garantizarán los servicios necesarios. Tampoco existe un Plan Integral de Movilidad, de manera tal que no se pueden evaluar los impactos ni los costos de las obras necesarias.
Por lo tanto, consideramos que antes de la consulta se informe a la sociedad sobre los graves impactos ecológicos del proyecto en Texcoco y proponemos que en el cuestionario se incluyan dos preguntas más: ¿en caso de que la decisión sea favorable a Texcoco, está usted de acuerdo en que se incluyan en el proyecto todas las obras necesarias para garantizar la seguridad frente a inundaciones, así como las obras necesarias para la mitigación de los impactos ambientales del proyecto?; y ¿en caso de que la decisión favorezca el proyecto del NAICM en Santa Lucía, está usted de acuerdo en que se retome el programa de rescate Plan Lago de Texcoco en la ZFLT, así como la remediación de las obras realizadas en la ZFLT?
En caso de una respuesta afirmativa mayoritaria a estos cuestionamientos, el gobierno federal y los consorcios constructores se obligarían a una evaluación más a fondo sobre la necesidad de realizar obras adicionales de mitigación al impacto ambiental y de seguridad frente a inundaciones. Desde luego en cualquier caso, los montos económicos necesarios son mayores a lo que se tiene presupuestado.
@JL_Luege