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Soy de la opinión de que Saúl Canelo Álvarez tomó la mejor decisión de cara al combate ante Gennady Golovkin originalmente programado el 5 de mayo en Las Vegas, Nevada.
El pasado martes, Canelo anunció en conferencia de prensa su retiro de la pelea, en medio de reiteradas disculpas a los promotores, patrocinadores y a los aficionados, ya que el positivo por clembuterol y en consecuencia la suspensión provisional impuesta por la Comisión Atlética de Nevada, no le daba la garantía de llegar al cuadrilátero en la fecha convenida.
No me cabe la menor duda de que el mexicano estuvo acertadamente asesorado por un equipo de soporte, que además proyectó muy bien la serie de alternativas para tomar la decisión de no emprender una batalla que, de origen, ya estaba perdida, difícil de asimilar e imposible de olvidar.
Se sabe lo que le espera a Canelo en su audiencia del 18 de abril ante las autoridades de la Comisión Atlética de Nevada, salvo que el argumento del consumo de carne contaminada en México, le exonere milagrosamente de cualquier culpa, que en caso de no aceptar sería suspendido por un año de actividad boxística en los Estados Unidos.
Si se declara culpable, la pena se reduciría a seis meses.
De nada le sirvió a Golovkin presionar en los medios y a la Comisión que se investigara una suposición que, a final de cuentas se hizo realidad. Al kazajo, empeñado en pelear el 5 de mayo, se le acaba el tiempo para encontrar un nuevo rival que le ayude a salvar el combate.
Gennady y su staff quisieron sorprender a la Comisión Atlética de Nevada proponiendo al joven mexicano invicto Jaime Munguía, con 28 triunfos de los cuales 24 han sido por nocaut. El organismo dijo contundentemente: no.
Así que Gennady Golovkin tendrá que barajar algunas alternativas con tan poco espacio de maniobra como Billy Joe Saunders, campeón OMB, Gilberto Zurdo Ramírez, protegido de Bob Arum, Demetrius Andrade y al que se menciona insistentemente el veterano Gary O’Sullivan.
Por lo pronto, Saúl Canelo Álvarez, su staff y su socio y amigo Oscar de La Hoya, ya pueden festejar paradójicamente y por adelantado la sentencia de seis meses de suspensión por dopaje, concretamente clembuterol, por la asertiva decisión de aceptar esa culpa que le dará mayor tiempo para prepararse aun mejor, no sólo ante Gennady Golovkin, inclusive ante el mítico Sansón.