Parece que la nube del malestar y enojo no se ha disipado aún en Big Bear, California , donde se ubica el campamento de Gennady Golovkin ¿El motivo? Las secuelas del positivo por clembuterol en las pruebas antidopaje de Saúl Canelo Álvarez , en febrero.
Gennady Golovkin se jacta de haberlo dicho antes: “No es la carne mexicana”, “Esto es su equipo”, “Esto es Canelo haciendo trampa, se meten esas drogas y no pasa nada”.
El invicto peso mediano dice estar convencido de que Álvarez consumió sustancias prohibidas en peleas anteriores, incluyendo la primera que protagonizaron en septiembre.
En reciente entrevista a la agencia AP, Golovkin insiste en que el asunto de haber consumido carne contaminada es una broma de mal gusto y refleja la corrupción en el mundo del boxeo.
El peleador kazajo enfatizó lo grande que lucen los músculos de Álvarez, con claros rastros de inyecciones. No conforme con atacar a Canelo, Golovkin fue directo sobre el promotor Óscar de la Hoya: “Tampoco está limpio, es un sucio”.
En 2011, De la Hoya confesó —en exclusiva al programa Aquí y Ahora de la cadena Univisión— lo caótica y complicada que era su vida debido a sus adicciones a la cocaína y alcohol para ganar seguridad en sí mismo y “poder funcionar”, pero lo único que hizo fue, según sus argumentos, estupideces.
Con estos antecedentes y en forma anticipada, Canelo deberá encontrar la fórmula para enfrentar no a uno, sino a dos contendientes de “gran peso”, en una situación que —al paso de los días— se le sale de control y no ve la hora en que llegue a su satisfactoria solución.
No será el 10, sino el 18 de abril, cuando el suspendido Saúl Canelo Álvarez rendirá cuentas a la Comisión Atlética de Nevada, a fin de convencer a sus miembros de que el origen del problema es haber consumido carne contaminada en México.
Para la Comisión, la presencia de clembuterol constituye una violación al código antidopaje, al margen de si fue consumido de manera intencional o no. Quien haya violado la regla podría ser sancionado con una suspensión de nueve a 24 meses y una multa económica entre el 15 y el 30 por ciento de su bolsa.
El tiempo corre, el margen de maniobra para Saúl se cierra y la oportunidad de llevar a cabo el combate más importante de su carrera se debilita, como las piernas de aquel peleador que están a punto de noquear.