“Un día sin reír es un día perdido”.Charles Chaplin
El caballero de engominado copete a la puerta de la gran carpa, con casaca roja y botas de charol, con una bocina de cono y un sombrero de copa, grita a voz en cuello: ¡pásenle!, ¡pásenle!; ¡señoras y señores, vengan a ver el espectáculo más grande del mundo!
Y así, como en los viejos circos decadentes, el periodo electoral nos anuncia magníficas atracciones.
¡Pasen a ver al peje lagarto vociferante contra los “señoritingos”, peleles y títeres! ¡Vengan a escuchar al jefe Mancera cantar que no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar! ¡Vengan a descubrir de cuál cuero saldrán más correas! ¡Acérquense a mirar al hombre cuyo armario no tiene ni un muerto podrido, ni una osamenta escondida!…
¡Vengan a ver a la bola de payasos!
¡Vengan a admirar la lucha del hombre de fuego, a quien sus malquerientes apodan El Cerillo y cuyo tacto incendia y consume todo lo que toca!
¡Vengan y traigan a sus niños para que conozcan el zoológico ambulante donde los búfalos amaestrados han atropellado el decoro por orden superior y se han tirado en los brazos de quien llegó a la candidatura a través del novedoso procedimiento de ser porque no se es, pero que viene para que lo hagan suyo!
¡La función ha comenzado, asegure su lugar! ¡Le garantizo que no se va a aburrir!
Son las arengas del dueño del circo que se frota las manos y atusa su copete tieso…
Ya en serio, la humareda de los fuegos de artificio y el vendaval mediático en torno a la figura de José Antonio Meade ocultan los retos, peligros y obstáculos que enfrentará el seguro candidato presidencial del PRI.
Los entusiasmados de la mafia del poder ven en Meade el antídoto al veneno representado por Andrés Manuel López Obrador, a quien el empoderado candidato de facto está dispuesto mandar a su rancho “La Chingada”.
Se ha hablado hasta el cansancio del prestigio, el historial académico y profesional del abogado y economista graduado en Yale, gran negociador capaz de “fajarse” con auténticos tiburones, hasta de su impecable imagen en oferta de paz y amor. Sin embargo, la guerra por el voto para el PRI será cuesta arriba en su rodada. Mucho aguante y piel gruesa le harán falta al “ungido”, que nunca ha hecho una campaña política.
Pepe Meade, (¡en sus marcas, listos, fuera!) trae hambre de triunfo, habrá de remar contra la corriente “para convencer a los enojados de votar por el partido que los tiene enojados” (escribe el colega Carlos Loret).
El ex secretario de Hacienda habrá de hacer malabares para cabalgar a lomos del dinosaurio, entregarse al lobo que se lo quiere comer, pintar su raya con la historia corrupta y abusiva del PRI y, al mismo tiempo, mantener contacto, cercanía y sumisión con Enrique Peña Nieto sin sembrar sospechas de que actuará como su tapadera y de que Luis Videgaray cabalgará otros seis años en caballo de hacienda...
EL MONJE SHAKESPEARIANO
: Ser o no ser; to be or not to be ; to Meade or not to Meade… Esa es la cuestión.
@JoseCardenas1 josecardenas@mac.com www.josecardenas.com