La formación multicultural es el principal reto que enfrentamos en las universidades. Se trata de le factor esencial para transformar nuestro entorno y ser agentes de cambio en la sociedad.
La multiculturalidad no se delimita al dominio de otros idiomas. Implica conocer cambios de filosofía, procedimientos y aportes en diversas materias. Es generar una profunda investigación de qué se hace, por qué y para qué en distintas geografías, es también adentrarse en la historia de cada sociedad y país.
Ahora, para generar este encuentro verdadero con otros mundos e ideologías se requieren acuerdos para compartir experiencias y puntos de vista con diversas entidades de otras naciones. No sólo universidades, sino empresas, centros de investigación e incluso organizaciones gubernamentales y asociaciones civiles.
El nexo inicial de la sociedad académica con el mundo real se establece con empresas trasnacionales de diferentes giros. A partir de acuerdos de investigación y proyectos específicos se comienza una formación práctica, interactiva y actual.
Hoy, más que nunca, las alianzas estratégicas con la Iniciativa Privada y el sector gubernamental nos permiten modificar planes de estudio para que no se conformen conocimientos atractivos sólo desde la perspectiva académica sino que se vinculen de manera efectiva con el mundo real.
La infraestructura revela de alguna manera la importancia que cada centro de estudios le otorga a la multiculturalidad. Asi, es indispensable tener un centro de idiomas porque la educación focalizada y doméstica que en el mundo laboral no funciona ya.
Actualmente, los intercambios con centros de estudios de otros países, alianzas estudiantiles y culturales con otras universidades y el compartir proyectos de investigación y experiencias forman parte de la multiculturalidad.
Sin embargo, entender otras formas de idear y solucionar, pensar y concretar no debe restringirse a la universidad. Se trata de una formación que debe experimentarse desde siempre, desde casa, y que se reforzará en las universidades que están abiertas a nuevas experiencias y que le apuestan al futuro.
Por el momento, a nivel mundial, una de las principales características que piden los reclutadores es precisamente el dominio de otro idioma y la capacidad de interactuar con otros profesionistas de otros países.
Esto no es fortuito. En los centros de trabajo cada vez más convergen trabajadores de diferentes culturas y nacionalidades, de religiones, idiomas e idiosincrasias distintas, por lo que no podemos estar ajenos a esas tendencias.
Los profesionistas exitosos saben que el antiguo sueño de la aldea global, hoy es una realidad que se vive día a día no sólo en el ámbito laboral. Formar profesionistas multiculturales es lo que vaticinará su capacidad de responder a la sociedad.