Una vez más, nos enteramos de tratos aparentemente injustos hacia un jugador mexicano, víctima de lo que se conoce como el Pacto de Caballeros en la Liga Mexicana, donde los dueños confabulan para manejar a su antojo las transferencias y provocan afectaciones al talento deportivo.

Oswaldo Alanís es el protagonista de esta novela. Firmado en el Guadalajara, con el que actualmente tiene un contrato que vence en junio; es decir, solamente le restan seis meses. Por lo que, de acuerdo al reglamento de FIFA, puede negociar libremente, principal motivo por el que el Guadalajara decidió “defenderse”, pues en caso de llegar el término del contrato, el jugador se irá gratis a cualquier club. Es decir, que el defensor mexicano quedará libre para negociar y exentar de pago a su futuro club por la cuota de fichaje, dejando a Chivas sin porción extra del pastel.

Es aquí donde figura el Pacto de Caballeros, pues los dueños de los clubes mexicanos acuerdan de manera extraoficial cerrar la puerta al jugador para ser contratado en otro equipo, quedando solamente la opción de ser contratado en el extranjero o en los conjuntos que tienen prórroga para realizar contrataciones: Monterrey y Pachuca.

Ante tal debate, figura un nuevo protagonista en la discusión: la Asociación Mexicana de Futbolistas reclama un trato justo a Alanís, expresando inconformidad, levanta la voz y reitera a todos los futbolistas profesionales de nuestro país que estén pasando por esta situación, que no están solos. Esto genera un antecedente y sin duda refuerza la idea de contar con un representante fuerte de los futbolistas ante las prácticas corporativas de los equipos.

Sin duda alguna, hace falta una regulación en la materia, pues a pesar de que la ley establece claramente que deben respetarse la voluntad en los contratos laborales, existen factores externos.

futbol@eluniversal.com.mx

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