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Sin duda, uno de los equipos que vive en la memoria de los aficionados a la Formula 1 es McLaren , esa escudería que surgió en la ciudad de Woking, Inglaterra , de la mano de su fundador, el célebre Bruce McLaren en 1963 , y que en la década de los ochenta fue adquirida por el exitoso jefe de equipo, el también inglés Ron Dennis.
En los años setenta vinieron épocas gloriosas con campeones como Emerson Fittipaldi y James Hunt. Posteriormente, ya en manos de Ron Dennis, en 1984 consiguió el último campeonato de Niki Lauda en la máxima categoría. Vendría su época dorada con la famosa guerra entre Alain Prost y Ayrton Senna, que derivó en seis campeonatos de pilotos y cinco de constructores. En la década de los noventa vendría el bicampeonato con el finlandés Mika Häkkinen , y ya en el nuevo milenio, la que sería su última corona con Lewis Hamilton en 2008.
Sí, ese McLaren de leyenda hoy ya no existe y Ron Denis tampoco permanece en su estructura, de la que fue separado como jefe de equipo en 2009, aún cuando regresó como CEO en 2014, pero jubilado de manera anticipada por sus socios en 2016. Cierto es que Ron no era para nada un dechado de virtudes; prepotente y poderoso como muchos líderes, pero sistemático, cerebral y con el hábito de ganar. Al final fue víctima de sí mismo, su propio poder lo envenenó.
La debacle comenzó con los jefes de equipo Martín Whitmarsh , en 2009, y se acrecentó con Eric Boullier, en 2014. Ninguno de los dos logró algún título para la escudería inglesa, ni supieron gestionar los cambios y necesidades de McLaren , el cual se fue difuminando aún con pilotos talentosos como J enson Button, Fernando Alonso y el mismo Sergio Checo Pérez cuyo paso por McLaren coincidió precisamente con los inicios del derrumbe del equipo.
Actualmente, McLaren tiene como CEO al norteamericano Zak Brown , puesto que ocupa desde 2016. Aunque ha luchado por traer al equipo a los primeros planos, ha luchado más con las cenizas de la escudería que con su renacimiento, el cual se esfumó aún trayendo a Honda como proveedor de motores (intentando emular los años dorados de la época Senna-Prost ), capítulo que terminó como uno de los peores regresos a la Fórmula 1. Honda se marchó a Red Bull con el orgullo herido y McLaren sigue en picada. Renault hoy los provee de motores, pero tampoco se ve algo prometedor en el futuro cercano, de hecho Honda parece encajar mejor con Red Bull que en todos los últimos años que lo intentó con McLaren.
No conforme con toda esta serie de fracasos en la máxima categoría, durante la pasada semana vimos cómo McLaren no fue capaz de darle un auto decente a Fernando Alonso y el español quedó descalificado, fuera de las 500 millas de Indianápolis, como para ponerle una raya más al tigre.
Personalmente tengo la esperanza de que algún día, emulando a Steve Jobs en Apple, Ron Dennis, aprendiendo de sus errores, pueda regresar algún día a la cabeza de McLaren y lo regrese.
@jgarciacontacto
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