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El pasado Gran Premio de Austria vivimos una de las mejores carreras en la Fórmula 1, donde un impresionante Max Verstappen tras una muy mala arrancada, vino desde atrás para rebasar en las últimas vueltas a Charles Leclerc .
El podio fue de gran celebración, Red Bull estaba en su carrera de casa y Verstappen hizo una brillante carrera con todo y polémica por el toque con el Ferrari, pero lo insólito fueron las lágrimas en el podio de Toyoharu Tanabe , director técnico de Honda , muestra de todo lo que se ha tenido que comer la marca japonesa el último lustro.
La historia de Honda en la F1 ha estado llena de contrastes. Su primera incursión fue en 1963, tan sólo tres años después de lanzar al mercado su primer auto de calle. Fue el primer fabricante no europeo en arribar a la máxima categoría construyendo su propio chasis y motor. De hecho, su primera victoria fue en el Gran Premio de México de 1965, con Richie Ginter como piloto. Se retiraron de la categoría en el 68 y regresaron hasta 1983 como proveedores de Williams , obteniendo el título de constructores tres años después.
Los fanáticos recuerdan los increíbles años con McLaren, donde en 1988 ganaron 15 de 16 competencias, de la mano de la dupla explosiva de Alain Prost y Ayrton Senna. Entre 1986 y 1991 Honda fue el motor dominante de la F1, con seis títulos seguidos, hasta que en 1992 se marchó por la crisis de la industria automotriz.
Las idas y retornos a partir de entonces han marcado el rumbo de la marca japonesa, resultando en períodos vergonzosos. Primero el intento con el equipo BAR Honda de 2000 a 2004 como socio proveedor y después como propietario del Honda Racing Team de 2005 a 2008.
Lo peor aún estaba por venir, cuando regresó en 2015 con McLaren, años donde pasó vergüenzas humillantes, siendo muchas veces el último de la parrilla y donde no pasaba un solo Gran Premio donde Fernando Alonso no culpara a Honda de la debacle de uno de los equipos más legendarios de la F1.
No podía ser peor, lo que buscaba ser el regreso de ambas marcas a los primeros planos, terminó estrepitosamente entre quejas mutuas.
El 2018, último año con McLaren, Honda comenzó a proveer de motores a Toro Rosso, con buenos resultados. Algo detectaron Helmut Marko y Christian Horner —mandamases de la escudería austriaca— en el fabricante japonés que firmaron un acuerdo por dos años con su equipo estelar: “El motor Honda ya está ligeramente por encima del Renault. Si combinamos nuestros datos GPS con los de Honda, estaremos en la zona de Mercedes y Ferrari”, aseguró Marko cuando anunciaron el contrato.
El GP de Austria fue la confirmación de que están en ese camino. Las lágrimas de Tanabe dejan ver que el futuro puede ser brillante. Tuvieron que pasar 12 años, 10 meses y 24 días para que Honda regresara a lo más alto del podio, en una victoria que evita el rumorado nuevo retiro de Honda de la máxima categoría en 2021. Ojalá no lo hagan, alguien tiene que romper la hegemonía de Mercedes tarde o temprano, y quizá con Red Bull, tengan la fórmula para hacerlo antes que Ferrari.
@jgarciacontacto